Es curioso que, precisamente hace tres días en las redes, una compañera https://www.instagram.com/p/CosSphwLEtR/?hl=es haya publicado esto. Y como es algo que estoy viviendo ahora mismo en persona, aunque ya he tenido otras vivencias sobre el tema, quiero compartirlo con vosotros desde el punto de vista literario, ya que desde el personal preferimos mantenerlo en un discreto segundo plano:

Las distintas teorías sobre el concepto de Amor, con mayúsculas, surgen ya desde la antiguedad y el ejemplo lo tenemos en la obra titulado El Banquete de Platón que nace en el año 385 a. C., año donde el filósofo plasma la idea de tener «otra mitad», y que todavía es una idea válida para muchos, porque ha perdurado en numerosas culturas a lo largo de la historia. Pero el problema de las teorías de este filósofo es que se han trasgiversado dando lugar a un término que es el amor platónico, al que se le ha conferido de un significado como algo imposible de alcanzar dentro de las relaciones humanas e incluso dándole un toque peyorativo.
Antes de llegar a este punto, tal vez habría que saber que Platón fundamenta su teoría sobre el amor en otra que se denomina dualismo. Podríamos resumirla de una forma bastante simple didiendo que Platón creía que el ser humano es, en esencia, un alma atrapada en un cuerpo. Que todas las realidades que nos rodean están formadas por dos sutancias independientes: la materia y el espíritu. Como resumen solo tenemos que decir que la concepción platónica del amor es, por lo tanto, el de un impulso que nos lleva a querer ir más allá de lo material, es alcanzar su belleza espiritual, por lo que podemos decir que en realidad Platón jamás utilizó ese término ni su teoría sobre el amor es lo que nosotros en la actualidad llamamos amor platónico.
¿Cuál es la diferencia entre amor platónico y romántico?
El amor platónico es un concepto que nació de la mano de los filósofos neoplatónicos que hablaron del amor como el deseo de belleza, una suerte de iluminación que revela la perfección. El amor romántico contemporáneo retoma este discurso a través de la idealización de la persona de la que nos enamoramos y claro, empezamos a llenar este amor romántico del mismo caracter ligeramente peyorativo que ha tenido el amor platónico a lo largo del tiempo. Mi percepción es que tal vez por eso se ha denostado muchas veces a la novela romántica llegando a ridiculizar ese tipo de tramas cuando dentro de la literatura de todos los tiempos es un género recurrente del que se han escrito páginas y páginas, destacando muchas obras como verdaderas joyas literarias.
Pero dando una vuelta de tuerca, el amor plátonico o romántico tiene otro exponente ya que en algunas tradiciones hindúes sostienen la idea de que las personas tienen una conexión kármica con ciertas almas. Y en yiddish existe un término para denominar al compañero de matrimonio ideal o predestinado; se le llama bashert, que se traduce vagamente como destino.
Desde Romeo y Julieta, pasando por Heathcliff y Cathy, protagonistas de Cumbres Borrascosas, la literatura occidental está repleta de ejemplos de amantes que estaban destinados a estar juntos. Aunque la idea de alma gemela puede haber existido durante miles de años, el término real comienza a desarrollase en el siglo XIX ya que se tiene constancia de su aparición por primera vez en 1822. El poeta Samuel Taylor Coleridge escribió en una carta: «Para ser feliz en la vida de casado… debes tener un alma gemela». Su triste realidad es que en su matrimonio fue desgraciado, pasó la mayor parte de la unión lejos de su esposa, antes de que finalmente se separaran para siempre y aún así la teoría de las «almas gemelas» pervivió a este matrimonio y a varios siglos hasta llegar a nuestros días donde incluso se ha desarrollado una seríe de leyes para darle consistencia a esta teória
Pero antes de pasar a esas leyes, recordemos que no solo la teoría de las almas gemelas es algo propio de las historias occidentales, puesto que junto a eso nos encontramos unas historias similares en las tradiciones de otras culturas del mundo. Un ejemplo lo tenemos en la teoría del hilo rojo que se remonta a su origen mitológico chino y japonés. La leyenda dice que el Abuelo de la Luna les ata cada noche a los recién nacidos un hilo rojo en el dedo meñique (unido al corazón, por eso además es rojo), y dos almas quedan conectadas para siempre.
Las cuatro leyes de las almas gemelas
En teoría, para que no penséis que me he vuelto loca o me he pasado al bando de las románticas empedernidas ya que debo mantener una reputación, puedo empezar diciendo que la idea de encontrar al alma gemela puede ser en realidad un bálsamo después de una mala cita, o una forma de narrativa para una propia historia de amor (me enamoro y para darle sentido a la historia me invento, para mí, la teoría de las almas gemelas) y eso es algo que se observa en muchas tramas de las novelas románticas, pero, aún así, hay toda una teoría asentada que la apoya y que ya es cosa tuya, querido lector, que la creas o no.
1.-Primera ley: Ley Material
Las almas gemelas estarán destinadas a encontrarse.
Hay que leerlo bien; no quiere decir que deban buscarse de una forma desaforada. Ese es el error que en cambio en la literatura romántica tiende a hacerse bien. Los protagonistas de las novelas no se buscan, se encuentran de casualidad, un cruce ocasional, un accidente casual pero que en realidad lleva implicita la causalidad. En la vida real puedo hablar de mi experiencia, porque al final de eso se trata, de aplicar nuestras vivencias a la literatura que escribimos. Esto me lleva a comentar de que hay ciertas corrientes de pensamiento que dicen que las almas gemelas pueden ser también amigos o familiares; y sí, es válido. Sin embargo, a esto se le conoce más con el nombre de almas compañeras, y ahí hablaría de la que considero como mi hermana sin serlo, Pastori. Parece que hemos sido separadas al nacer, o como dice esta corriente de pensamiento, hemos hecho un pacto antes de nacer y que olvidamos las dos. Esta es también una temática que se utiliza en las novelas de este género utilizándolo como subtrama y ejerciendo ese papel el amigo o amiga que da el apoyo incondicional a la o el protagonista. Y esa conexión es tan fuerte que podría hablar y poneros ejemplos de hechos que nos han ocurrido a las dos de forma simultánea pese a estar separadas por cerca de 100 kms.
Pero aquí vamos a hablar de una sincronía. Cuando la vida nos trae las cosas en forma negativa quien lo sufre piensa que todo el mundo está en su contra y por eso todo le sale mal. En cambio, cuando los hados, el destino, el universo, pon el nombre que quieras, tiende a que haya una causalidad que favorezca que las cosas salgan bien ya comienza el excepticismo. Un excepticimos muy bien gestionado en las novelas románticas por parte de aquel personaje que ya sea por envidia ya sea por intereres espúreos, tratará de ponerle palos en las ruedas al personaje principal de la trama porque no puede admitir que las cosas le salgan bien al resto de la humanidad.
Normalmente en este tipo de relatos, el autor o autora lo desarrollará al gusto de su pluma, que a veces es algo muy similar a lo que yo recomiendo en la vida real: ponte el mundo por montera y mantente en un discreto silencio. Cuanto menos gente sepa y se inmiscuya en la forma de gestionar tu vida, mucho mejor.
A veces esas almas gemelas se encuentran y por lo que sea una o ambas partes, deciden no tomar la iniciativa de conocerse, deberán esperar entonces hasta que las situaciones se vuelvan a dar para otro futuro encuentro. Y tal vez, tengan que esperar mucho tiempo. ¿Cúantas tramas hemos leído en las que pasan varios años hasta que los protagonistas se encuentran de nuevo? Se produce un desencuentro incial y todo se va a al garete.
2.-Segunda ley: Ley Mental
La mente pondrá a prueba las percepciones para sanar las heridas del pasado.
La mente también tiene la capacidad de hacer ver la necesidad de sanar las heridas del pasado, de manera que puedan permanecer en el aquí y en el ahora, y puedan conocerse verdaderamente el uno al otro. Y eso sienpre es un papel que tienen uno de los dos personajes principales de la historia, uno ejercerá la función de sanador ya sea por experiencia o porque así le ha sido dado de nacimiento y por supuesto nuestro autor así lo ha considerado oportuno y le habrá dado ese papel e incluso a veces los papeles se intercambiarán a lo largo de la trama. Porque ambos protagonistas tienen sus mochilas cargadas y todo eso influirá en su relación. Unas veces será para bien pero en los inicios pueden ser grandes piedras que les impidan avanzar, pero aún asi puede que uno de los dos tenga un gran poder para curar esas heridas del pasado.
3.-Tercera ley: Ley emocional
Las almas gemelas solo pueden sanar, cambiar y amar por decisión propia.
El alma gemela podrán cambiar, si toman en cuenta la emoción y la motivación que sienten el uno por el otro. Si tienen en cuenta la ternura, la admiración y la pasión del espíritu del uno, que a su vez es observado y apreciado por el otro. Eso sí, recuerda que una persona no puede cambiar a otra, pero una persona sí puede decidir cambiar por sí misma.
Una subtrama dentro del género es aquella en la que nuestros protagonistas rememoran una relación previa, de la que han descubierto que se sustenta en una potente pero sutil manipulación, que les hizo permanecer atados pero sin darse cuenta de que es una relación tóxica. Una situación en el que la relación se apoya en una continua presión basada en la exigencia de que debe haber un cambio. Una continua sarta de reproches donde el culpable es nuestro personaje principal y si la relación no funciona es porque se niega a cambiar.
Aquí es dónde nos encontramos con el clímax de la narración, si la trama nos habla de una relación tóxica previa que además nos supone una mochila que crea incertidumbre y dolor, el autor tenderá a que ambos personajes se vean motivados a tomar un estilo de vida favorable; el plano emocional los llevará a visualizar un futuro juntos, los guiará a situaciones de crecimiento en múltiples aspectos y les hará hacer que la relación avance porque todos trataran por todos los medios de luchar contra sus propios miedos y gestionando aquellas actitudes que les supusieron una carga o lastre en la anterior relación tóxica. No es que se cambie por petición del otro, se cambia por la propia necesidad de superar el pasado. Gestionando bien este camino los protagonistas llegarán a la última ley.
4.- Cuarta ley: Ley espiritual
Las almas gemelas serán llevadas a descubrir el amor incondicional.
Ahora se llega a ese momento en el que ambos se sentirán cambiados o transformados para bien, tanto en aspectos de nuevos hábitos como de nuevas perspectivas. Todo ello conllevará a que sientan agradecimiento por la relación; agradecimineto del uno por el otro. El deseo de querer crecer como pareja será aún más fuerte y ambos sentirán que se complementan en múltiples niveles. En niveles de pensamiento, de energía y de materialización. El amor que nos lleva a desear el máximo bienestar de la otra persona, sin esperar nada a cambio. Es ese final que en las novelas siempre decimos de: fueron felices y comieron perdices. Eso en mí sería algo complicado porque no me hace mucho tilín la carne de caza y si es la de ave, menos. Pero como ha sido San Valentín hace poco, aunque sea algo comercial, pongamos ilusión en la vida de nuestros protagonistas, que bien lo han sudado, y pensemos que así será el final perfecto.
En la vida real pongamos que a veces estas historias se gestan, pero sus protagonistas prefieren dejarlo en el anonimato. De todos modos, uno de los avisos que se dan para estas historias es que no significa que una vez que estas leyes se cumplen todo vaya a ser un camino de rosas. Es importante estar con el pico y pala, día a día, para que la tercera y cuarta ley se mantenga en vigor y no la derogue nadie, no hay nunca que dar, en una relación, nada por ganado, nada por finalizado, nada por conquistado. Pero eso es igual en la literatura, aunque hay veces que sale alguna novela que nos habla de segundas oportunidades o de que ocurrió despues de las perdices, pero esas son los menos. Aún así, quien tenga la suerte de vivir en su vida lo que la literatura nos cuenta muy a menudo, que lo guarde como un tesoro, que lo mime, riegue y cuide porque esas oportunidades no se presentan dos veces. Quien quiera entender que entienda, pese a que queda bien claro que, tras mi divorcio, he tenido la fortuna de que meses después haya encontrado a una persona con la que compartir mi vida de nuevo. Quien no crea pensará que exagero, pero como bien han dicho en numerosas ocasiones, a veces el día a día nos sorprende y supera con creces a la ficcion. Pero nunca olvides, como decimos mi hermana Pastori y yo: apunta lo que no debes repetir y cuélgalo con un imán en la nevera.