Esa es una pregunta que me hicieron y me hacen muy a menudo. Y como siempre surge en entrevistas o presentaciones, la respuesta va variando. Pero hoy que inauguro mi blog, me apetecía hacer una reflexión más pausada de esa cuestión. Una reflexión que llevo una semana con ella. No os penséis que es algo que surge ahora mismo que estoy delante de la pantalla para contaroslo, en absoluto. Es más, seguramente, cuando acabe de escribir estas letras y pasen varios días, seguirán surgiendo respuestas a esa pregunta.
¿Cuál fue la primera palabra que surgió en mi cabeza? Imaginación. Mucha imaginación desde pequeña. Porque mis inicios fueron volcar toda esa creatividad, que tenía, en redacciones, en mi diario, en artículos de opinión, cuando ya he sido adulta y, sobre todo, en mis narraciones. Cuando tenía la opción de narrar algo o la necesidad de explicar algo, siempre era capaz de decorar mi intervención con descripcones o anécdotas que hicieran mas amena la situación.
Junto con esa facilidad para imaginar, de la mano va un trabajo duro de documentación. Porque podemos imaginar hermosos y lejanos mundos, e incluso inventarnos el más extraordinario planeta con los mas vistosos habitantes, pero hasta para eso tenemos que tener un plano o mapa que nos guie y nos haga llegar a buen puerto.
La tercera pata de mi banco, en el que me siento día a día, es la disciplina. Para una persona que en su vida cotidiana es algo desordenada y siempre dejo las gafas en los sitios más insospechados, en la vida literaria soy muy organizada y procuro que nada me desvíe de mi linea de trabajo. Leo y escribo a diario, dentro de las actividades que vivir en familia supone hoy en día. Eso de buscar huecos y ratos que me den la tranquilidad suficiente y no me interrumpan cuando escribo a veces cuesta y todos lo sabemos.
¿Y cómo aparecen las letras en el papel y se llenan al final páginas y páginas? Pues me sale. No es algo que se pueda explicar y al igual que hay personas a las que se les da bien el tema del cuidado de las plantas, para mí lo sencillo es escribir. Incluso he hablado con otros compañeros y hay momentos, en los que me han confirmado, que parece que los personajes, sus sentimientos y las situaciones que viven, cobran vida propia y llegan al papel de una forma fluida. En este caso, solo soy la mano ejecutora que pone en el papel lo que ellos quieren decir.
La primera vez que fui consciente de esa creatividad, casi independiente de mí, y que parecía surgir de los propios protagonistas de mis historias, entendí lo que comentan sobre que los libros son nuestros hijos. Los concebimos, los gestamos, los parimos pero luego tienen una existencia independiente y el camino que se marcán no es el que inicialmente pensaste, e inician un viaje que ya muchas veces no dependerá de quién los concibió.
Como véis esta es una breve pincelada de lo que hay detrás de un escritor y al final no es tan sencillo, seguramente alguna vez más saldrán nuevas reflexiones sobre esta cuestión y volveré a ello. Pero como carta de presentación de mi blog me parecía divertido contaros un poquito mis sensaciones, puesto que mi biografía ya la teneís en mi web.
Espero que nos sigamos leyendo.