Sí. Lo afirmo con rotundidad: el tamaño importa. Aunque ahora viene la madre del cordero. ¿Cómo se puede contar algo de forma original y que anime a su lectura? Puesto que parece que es un género en el que ya está todo escrito.
Lo primero que decidí es darle a mis novelas una trama de thriller como enganche para los lectores, y que realmente sea el marco principal que sustente el hilo romántico. Para eso busco, como ya comenté en la entrada anterior, escenarios donde me salgo de mi zona de confort. Todo ello en equilibrio, para que el lector desee siempre saber más de la historia en un continuo ir más allá en la acción y en el erotismo.
Junto a eso, trabajo los personajes para que sean potentes y, cuando les pongo este calificativo, no me refiero solo en apariencia física, sino que también me interesa mucho su carga psicológica. Personajes que tengan un pasado que les afecte en el presente y explique muchas de las respuestas que dan al conflicto que se plantea en la historia. Ese es el tamaño que a mí me importa. De hecho, es raro que describa al detalle sus físicos, prefiero dejar que cada lector se los imagine a su gusto, porque para gustos los colores. Hay lectores que me han comentado sobre que ellos y ellas los presento como perfectos, guapos y exitosos y, en realidad, son todo lo guapos y perfectos que tú te los quieras imaginar y teniendo en cuenta el género que escribo la verdad es que soy bastante modesta en mis planteamientos después de haber leído mucha romántica y erótica.
Estas novelas tienen, por supuesto, unos tópicos que por eso las encuadramos en ese género y no en otro, pero mi idea es moverme dentro de un amplio paréntesis y evitarlos dentro de lo posible. El amor y los sentimientos deben de estar presentes con sus dudas, los temores, las peleas y las reconciliaciones. Pero eso de que al final todos vayamos de boda o bautizo, no lo creo necesario, ya que es una realidad que hoy en día no va precisamente en alza. Me interesa más ver como el personaje evoluciona en sus relaciones e, incluso, se encuentra con situaciones en las que nunca pensó que se podría encontrar.
Dentro de un marco en el que los lectores desean leer una serie de historias que tengan lo clásico de la romántica, yo quería poner en valor otros aspectos, que también podían incluirse perfectamente, sin desvirtuar el género y, que a su vez, atraiga no solo a mujeres en exclusiva, si no a lectores y lectoras que deseen disfrutar de una narrativa donde no solo haya romanticismo y erótica sin más, sino que haya una trama potente que en mi caso elegí que de momento fuera el thriller. Aunque que no descarto que llegue a escribir una novela histórica o de fantasía, en la que la sensualidad, el erotismo y el amor, esté presente con todos sus atributos y tamaños. Lo cierto que, siendo sincera, estoy en ello precisamente ahora.
Otra cosa en la que para mí el tamaño es muy importante y fundamental, es el encontrarnos con unas relaciones de igual a igual. No me vale traspasar la línea del control, celos, manipulación y violencia a manos de una mujer, como respuesta a situaciones, con la disculpa de que eso es lo habitual en este género por parte del hombre. No creo que hoy en día esa sea la solución dentro de la novela romántica como modo de empoderar a la mujer y poner al amor como disculpa para esas actitudes ni por una ni por otra parte.
Este es el tipo de tamaño que a mí sí me importa en la Literatura Romántica y que es donde quiero estar a la hora de narrar mis historias, para que lleguen a muchos lectores, incluso para aquellos que nunca se plantearon que les gustarían estas novela y de los cuales, poco a poco, voy viendo que se animan a leerlas.