Opinión

¿Qué busco como lector?

Uno de los refranes favoritos de mi abuela era el de: habiendo días enteros, no hay porqué coger medios. Yo eso lo aplico a la lectura viniendo a decir que habiendo buenos autores, para qué coger mediocres. Aunque el concepto de mediocridad, en un mundo actual donde se pone como valor en alza el “yo me lo guiso, yo me lo como”, es complejo de definir. Intentaré explicar a lo largo de esta entrada un poco mis experiencias este año pasado con este asunto de lo anodino que está muy enraizado en la sociedad actual y donde la búsqueda de la excelencia parece que pierde puntos en un mundo donde lo inmediato y el usar y tirar todavía es un valor que pesa mucho en nuestro día a día pese a las campañas de reciclado.

Juan Gómez Jurado tiene una frase que me encanta y que nos dice lo siguiente: cuando estés tan lleno de literatura de la buena que reboses, ponte a escribir la tuya. Unas palabras que aplico a mi vida diaria como autora. Además, a esas palabras, añadiría el que también reboses de experiencias vitales. Esta breve reflexión también es achacable a un buen lector y así de primeras puede que no entendáis a que me refiero, pero es algo que trataré de haceros comprender porque es muy sencillo poniendo algunos ejemplos que me han llegado a lo largo de este año.

Para que un lector distinga si un libro es bueno, o no, previamente tiene que haber leído mucho y con unas miras muy amplias de géneros y autores a lo largo de la historia de la literatura y/o haber visto mucho mundo. Porque si no se conoce, no se sabe y no se puede comparar sin tener ningún elemento para hacerlo, con lo que nos meten gato por liebre con mucha facilidad. Eso es un hecho que es aplicable tanto a autores como a lectores porque para hablar de calidad literaria hay que conocer, como cualquier otro producto, lo que hay publicado en el mercado y no hablamos de gustos, algo en lo que siempre incido, sino que hablamos de técnica. Un libro puede no gustarnos pero estar perfecto en sintaxis y ortografía, corrección y maquetación, tener una trama bien hilada y carecer de anacronismos de espacio y tiempo. Ahora en una persona con un nivel cultural medio, que se dé el hecho contrario ya me parece más complicado. Imaginaros que os ponen unos estupendos productos de calidad por delante de carne, pescado, verdura, pero están crudos. Aunque sean de una calidad excelente dudo que sea de vuestro agrado. Y eso pasa con algunas de las novelas que he leído a lo largo del año, les falta punto de cocción.

Hay veces que otros lectores me cuestionan que como es posible que haya a quién les parecen maravillosos ciertos libros que no cumplen con unos estándares medios de calidad, que he nombrado un poco más arriba, y siempre les digo que  hay dos opciones:

  1. Que su nivel de lectura sea tan bajo que no identifiquen la calidad, porque la desconocen, ya que se han movido en unos círculos muy limitados de publicaciones y no pueden comparar.
  2. Que desconocen el cuento de “El traje del rey”. Una estupenda  historia donde un niño se atrevió a decir en voz alta lo que muchos veían pero no se atrevían a comentar: el rey va desnudo. Pues es este caso ocurre lo mismo, hay muy baja calidad literaria, pero nadie se atreve a decirlo y se va acumulando y ahogando a los que de verdad son libros de calidad.

Y ojo, no estamos hablando de una falta de ortografía puntual si no de páginas llenas de ellas y de problemas de sintaxis que cualquier persona con un poco de nivel cultural debería de identificar porque, ya en España, ser analfabeto funcional con 30 años es casi un insulto, teniendo como tenemos redes e internet al alcance de todos en nuestros móviles y siendo la enseñanza básica gratuita.

Un lector medio, no tiene por qué saber que en el siglo XIV no existía el empoderamiento femenino y una mujer jamás discutiría abiertamente con sus padres sobre la conveniencia de casarse o no con el hombre elegido por su familia, pero ese lector sí debe de ser capaz de identificar errores como:

“visitamos muchas cosas como la Pizza San Marcos” “se vuelve erradica” “dice hiendo hacia las escaleras” “imaginaos insinuó la idea pagar a medias”

Todo esto se solucionaría con una persona que fuera una buena correctora o alguien que le aconsejara al autor que profundizara más en sintaxis y ortografía además de utilizar un corrector básico y que todos juntos conseguirían dejar el texto de la siguiente forma:

“Visitamos muchos lugares como la Piazza de San Marcos” “se vuelve errática” “dice, yendo hacia las escaleras” “imaginaos que insinuó la idea de pagar a medias”

Un lector tendría que saber distinguir entre un libro bien escrito y con calidad de otro que no lo es y, no creo, que habiendo tan buenos escritores a la gente que le gusta la lectura le apasione adquirir productos que carecen de calidad. En mi caso, con el poco tiempo que tengo y la cantidad de cosas que me quedan por conocer, nunca volvería a visitar un lugar donde la calidad no fuera buena y lo mismo me ocurre con autores que no cuidan de sus libros, que tampoco los volveré a leer, porque lo que da la sensación es que les importan poco los lectores. Aunque también he llegado a pensar que sus lectores no son capaces de identificar esos errores como tales porque su nivel es muy bajo o que nadie tiene el valor de ponerle el cascabel al gato y decir abiertamente a esa tipo de autor que o se gasta el dinero en condiciones en correcciones de calidad o que el que se ha gastado ha sido una estafa. Claro que también hay mucho sordo que  no quiere oír algo que repercute de forma negativa en el mercado literario, porque tropezamos con gente que no evoluciona y saca libros a medio cocer. Que no os estoy hablando del primer libro, sino ya de una amplia lista de publicaciones en su haber.

Otro detalle importante para un lector es que sepa identificar que lo que hoy en día se denomina un libro de lectura ágil o rápida, puede ser en realidad un libro simple, sin fondo y una forma esbozada como un boceto al que incluso, no lo podríamos llamar ni borrador. Eso se identificaría muy bien con el siguiente ejemplo, ya que no es lo mismo decir:

“Cuando Pedro murió, me sentía miserable”.

O escribir lo siguiente:

“Aunque viva mil años nunca olvidaré lo completamente sola que me sentí tras la muerte de Pedro. Aunque los meses fueron pasando, no era capaz de apartarlo de mi mente: todas las cosas me recordaban a él. Creí que nunca lo superaría.”

Puede parecer lo mismo, pero eso es lo que diferencia a un buen escritor de uno que se limita a narrar hechos y situaciones. Y a su vez eso es lo que ayudará a distinguir a un lector si el libro que tiene entre manos es bueno o una mera columna casi periodística o el boceto sin apenas trabajado en profundidad que he mencionado con anterioridad. Obviamente un libro puede ser sencillo y estar bien escrito pero en este caso me refiero a aquel tipo de narración al que se le suma esta simpleza narrativa, con los errores gramaticales y ortográficos anteriormente citados, y que es ahí cuando comienza a gestarse la catástrofe sino se toman medidas.

Como lectora cuando me encuentro este tipo de publicaciones, suelo tomar algunas decisiones. Si son errores leves pues me leo otra novela del autor porque nadie nace sabiendo y, precisamente, en esa primera novela es dónde se cometen más fallos por ser noveles, por lo tanto le doy una segunda oportunidad. Pero si el autor no muestra signos de mejorar no le doy una tercera, porque el mercado es muy amplio y aunque lo conozca tampoco pienso ponerle el cascabel al gato porque si sus propios lectores beta o su corrector no ha sido capaz de avisar de los errores o incluso si se lo han comentado, no ha querido cambiarlo, ¿para que gastar mi tiempo y mi humor en hacérselo ver? Entonces diréis, ¿y está entrada para que nos sirve? Pues tal vez para evitar que paséis malos ratos, perdáis vuestro tiempo, si de verdad os interesa una literatura de calidad, y sepáis separar la paja del grano. Que todo junto creo que no es poco.

10 comentarios en “¿Qué busco como lector?”

  1. Enhorabuena! Me ha encantado, a mi me han caso crucificado por llamar a las cosas por su nombre, decir que un libro está lleno de faltas de ortografía y además la autora ofenderse. Estoy totalmente de acuerdo contigo, gracias.

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    1. Sencillamente son escritores que están mal aconsejadas por su entorno y les hacen creer que son el no va más en la escritura o son personas que no saben y deciden ser sordas. Y no hay más sordo que el que no quiere oír. No vale la pena perder el tiempo en tratar de enseñar al que no quiere pero si hay pruebas como las que yo he publicado, a mí me daría vergüenza publicar con semejantes disparate, sobre todo si me avisan, porque nadie nace sabiendo pero muchos no quieren aprender.

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  2. El problema actual es que muchos lectores no lo son. Buscan solo el morbo por ciertos temas, distracciones y no les interesa una buena historia solo una en la que salgan los elementos que con más morbidez atrapan su mente. Léase misterios, asesinatos, sexo, crueldad y sangre. Antes pensaba que había un movimiento de este tipo en la juventud, que se está enganchando a la lectura con historias del tipo After. Nos les interesa la lectura en sí, sólo leer sobre temas donde los estereotipos de su edad les hagan sentirse identificados. Pero ahora veo que a nivel más adulto hay otros dos tipos de sectores parecidos al de los adolescentes. Uno es el de las mujeres en su gran mayoría, con un nivel cultural variable que lee. Literatura erótica sólo por el morbo de lo que es, no por qué sean buenas lecturas en sí y el otro es el de los libros de misterio, novela negra y demás, en ese saco se meten todo tipo de novelas que triunfan por escenas morbosas y demasiado explícitas de asesinatos, de personajes que no terminan de estar bien definidos pero que la trama lo esconde todo y hace que se perdone todo. Lectores que busquen buenas lecturas, empiezan a escasear, es mi impresión, tal vez porque cada vez se lee menos y se tiene, como has dicho menos herramientas para poder distinguir o incluso valorar libros.

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    1. Ese es un tema para cruzar la pierna con un café o una buena copa delante. Uno de mis objetivos es precisamente el de escribir para mí y no dejarme llevar por lo que el lector demanda ya que, como he dicho, hay una tendencia a la lectura de usar y tirar. No escribo para las élites, si es que eso existe, pero hay un listón mínimo que no pienso sobrepasar. Pienso que, hoy en día, para acercarse al lector no hay que rebajarse a escribir mierdas literarias porque pensemos que con eso vamos a tener éxito. Puede que lo tengamos si es a eso a lo que aspiramos, pero no mi puesta en valor. Una cosa es una literatura sencilla y asequible a un gran número de lectores y otra cosa son las barbaridades que no he digerido este año y que me he encontrado en muchos libros. Y algunas de las muestras que he puesto en mi artículo no tienen nada que ver con lo que es un vocabulario sencillo, son faltas de ortografía y de sintaxis básicas.

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  3. Muy buena entrada. No suelo cuestionar el gusto del lector al elegir una u otra lectura, este siempre debe ser libre y me da igual cual sea sea elección.
    Lo que sí puede llegar a sorprenderme, es la calificación que se le da a algunas obras, puesto que como bien dices la calidad en la narración y presentación no siempre es la mejor.
    En mí caso, como lectora suelo apoyar a todos los escritores y admirar a los que muestran una evolución en sus trabajos, puesto que esto último denota interés por aprender y respeto por su lector.

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