sentimientos

Mis primeras entrevistas

¿Qué se siente la primera vez que te enfrentas al público cara a cara? Días atrás, hablando con la escritora Karen Wells me comentaba que, y cito textualmente: «Para mí, hablar en público era impensable, hasta que lo hice y descubrí que me encantaba». Con esas palabras me recordó mis primeros tiempos de hablar en público y mis sensaciones cuando me vi frente a frente con un grupo de oyentes.

Puedo confirmar que me ocurrió lo mismo que a Karen, que, en cuanto lo hice, descubrí que era algo que me encantaba. Mis primeros pinitos fueron al finalizar la carrera universitaria, dando charlas y formación, y descubrí el gusto por hablar de aquellos temas en los que en ese momento estaba trabajando, además de no resultarme difícil e incluso no me hacía falta ni llevar chuletas como apoyo. Me era sencillo guiarme por la espontaneidad propia de mi forma de ser.

Estaba claro que algunos de los dones que me dieron al nacer fueron los de carecer de timidez, tener buena memoria y la facilidad de palabra. Así, a partir de ahí, todo resultó más sencillo y si encima el tema del que iba a hablar, como yo digo, era de lo mío, pues no tenía más problemas que los propios que suelen ocurrir en los directos. Y de eso tengo un par de anécdotas que me convencieron de que tengo la suficiente habilidad como para que no se me note que está ocurriendo y si me centraba en lo que tenía que hacer, no era probable que me despistara.

La primera entrevista que hice, de la que he puesto el enlace más abajo, fue horas antes de realizar una de mis presentaciones que se desarrolló, en la sierra de Cádiz, en el Centro de Interpretación de la Literatura Perez Clotet de Villaluenga del Rosario. La entrevista, de la Cadena Ser, era por teléfono y grabada para emitirse horas después en el programa, así que la llamada me llegó a primera hora de la mañana y, para variar como ocurre muchas veces, estaba en la ducha. Tuve que salir dando saltitos, vestirme mientras mantenía la conversación con el presentador y sosteniendo el móvil en equilibrio y todo esto con la mayor naturalidad del mundo. Luego la presentación, como todas, estuvo muy bien porque normalmente la gente que asiste está predispuesta a pasar un buen rato y es por lo que recomiendo siempre participar en este tipo de actividades para promocionar nuestro trabajo.

Otra entrevista que se desarrolló en la televisión y que tuvo también su «aquel», fue en Onda Cadiz TV con la estupenda compañera Manoli Lemos. Ya me había avisado de que tuviera mi teléfono en silencio, que siempre lo está pero, por precaución, se lo había dejado a mi marido que se encontraba en en el exterior del estudio. Cuando llevábamos unos minutos de entrevista de repente suena la llamada de un teléfono y Manoli mira el suyo que estaba en la mesa y no es y me mira a mí que sigo la entrevista como si conmigo no fuera la cosa, pero veo que levanta la ceja y miramos las dos a un bolso que hay en el estudio de grabación sobre una silla. No sé de quién sería el bolso ni el teléfono pero buena parte de la entrevista fue amenizada por la insistente llamada del móvil, aunque haciendo de tripas corazón seguimos como si no lo oyéramos. Hubo personas que han visto la entrevista y me han preguntado si yo no lo oía. Por supuesto que sí, pero lo importante era lo que estábamos presentando. De esa situación también pongo el video y como lo vivimos las dos en el estudio.

La verdad que una vez que cogido carrerilla en el mundo de las entrevistas tanto grabadas como en directo puedo decir que las he disfrutado todas, aunque las que mas me gustan son en directo y a través de la radio, casi más que la televisión. Y eso que mi voz en sí nunca me ha gustado, me la oigo muy chillona, aunque eso también es cuestión de tiempo y de saber modular, pero claro, me cuesta mucho trabajo porque no soy profesional del medio y muy espontánea, demasiado como para estar pendiente de ese aspecto, porque como me encanta, me lanzo disfrutando al máximo de la entrevista en cuestión.

Desde luego animo a todas aquellas personas que tengan la más mínima duda de si se lanzan a los medios para que lo hagan. Entiendo, que para algunas, sea complejo por el tema de la timidez, pero en la radio todo es como una tertulia en casa y es muy agradable el esfuerzo de los presentadores y de todos los profesionales de los distintos medios para hacer que todo discurra a la perfección salvando, como he dicho al principio, las anécdotas que surjan con el directo.

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