El origen de los clubs de Lectura lo podemos enmarcar en la época victoriana y han perdurado en su capacidad para favorecer el gusto por la lectura a lo largo del tiempo, mejorando la competencia literaria y desarrollando el hábito por la lectura. En España surgen para los lectores adultos en los años 80 del siglo pasado . Fue tal su éxito que el marco de desarrollo se amplió a otros colectivos: escuelas de adultos, centros penitenciarios, asociaciones, empresas privadas e incluso como ya he mencionado, en otro momento, con el matiz de la cura por medio de la palabra o Biblioterapia.
En un primer momento el bibliotecario o responsable del club proponía la lectura del libro aunque en clubs veteranos, se tiende a que sean los propios lectores quienes, de forma consensuada, eligen el libro a trabajar. En este punto hago la reflexión de que si no tienen en cambio experiencia y queremos utilizar el club como una plataforma para educar en valores, lo ideal es dejarse guiar por el responsable que organiza esta dinámica.
Esta entrada vienen a colación sobre la necesidad de integrar en los clubs de lectura a miembros de las familias, sobre todo en las etapas de la adolescencia. Sobre todo si quieres educar en valores ya que nos estamos acostumbrando a pensar que si mi hijo no juega con video juegos y no ve mucho la tele, pero lee, ya lo tenemos todo solucionado, algo que está muy alejado de la realidad porque, ¿sabemos en realidad que leen nuestros hijos? Y, sobre todo, ¿cómo lo asimilan?
La finalidad de la lectura y de los clubs es:
- Lingüística: Mejorar la competencia lectora
- Literaria: Potenciar la relación individuo-libro
- Educativa: Desarrollar el gusto por la lectura
- Cívica y social: Educar en valores
Estamos en un periodo histórico donde personalmente incidiría en esta última finalidad desde los comienzos del aprendizaje como individuos lectores, ya que hay investigaciones que destacan que para la educación en valores, un pilar fundamental son los clubs de lectura guiados, que den lugar a debates enriquecedores. Porque hay que tener en cuenta, como base para realizar esta actividad, que hay que considerar que no estamos en posesión de valores absolutos ya que vivimos en un mundo globalizado. Lo que en Europa puede ser o no ser un valor, en otras culturas lo es y está muy arraigado y hay que tenerlo en cuenta a la hora de orientar esa actividad. Hay colectivos, y en otros países, donde el valor de la familia numerosa, por circunstancias, está mucho más arraigado que en España y no podemos analizarlo con los ojos con lo que lo analizaríamos basándonos solo en nuestra experiencia cultural y como este ejemplo hay otros muchos que seguramente se nos vendrán a la cabeza al leer estas líneas.
Hay que promover un modelo de valores elaborado a partir de ser conscientes a la hora de destacar unos sobre otros. Todo ello apoyado en una reflexión con un análisis crítico, discusión y el intercambio de ideas. Ya que aunque todos los valores sean buenos no todos pueden ser colocados en el mismo nivel. Suelo poner ejemplo de cuando hacemos una llamada de atención a nuestros hijos, ante malas actitudes, no podemos hacerlo igual a una actitud como la de saltar en un sofá como a la de cruzar la carretera corriendo sin mirar por un paso de peatones, ya que hay que saber ponderar para que la enseñanza sea efectiva.
Por medio de este modelo lo que se pretende es el desarrollo de:
- Autoconocimiento
- Autonomía
- Autorregulación
- Empatía
- Perspectiva social
- Razonamiento moral
- Capacidad de diálogo
- Capacidad para transformar al entorno
- Comprensión crítica
- Habilidades social y para la convivencia
Todo para lograr alcanzar la autonomía de la conciencia como producto de unas relaciones basadas en la igualdad y el diálogo.
Un club de lectura es un marco excepcional para favorecer esa educación en valores que muestran las obras, todo ello gracias a la interpretación que dan todos los componentes del club y en el caso de ser adolescentes o niños, también por la interpretación enriquecedora por su experiencia que den los adultos que deberían de participar, como unos miembros habituales, en estas dinámicas
Hoy en día está aceptado que no hay temas tabús ni que deban ser censurados, si son tratados adecuadamente. Hay suficientes diversidad literaria para abarcar temáticas y problemáticas variadas:
- Libros clásicos
- Libros con función moralizante
- El resto de los libros
Todos ellos llevan al lector, si está preparado, para emitir juicios críticos. Cuando se hacen estas dinámicas lo interesante es identificar el problema a tratar para elegir el libro con la temática adecuada. Se han realizado estudios, destacando para este artículo, uno que se organizó con un club de lectura para familias de un centro escolar donde se implicaron profesores, alumnos y padres. La metodología usada fueron una tanda de reunión para cada libro que constaba de una presentación y el resto del tiempo se abrió una ronda de intervenciones donde se opinaba de la lectura con razones y argumentos, otra donde se habló de los momentos destacados y luego otra en la que se establecieron relaciones y paralelismos entre el libro y la vida cotidiana. A nuestros hijos debemos acompañarlos en todas las etapas de la vida para un continuo aprendizaje, no solo de habilidades sociales, responsabilidad civil, autonomía física y psíquica, etc, si no también a ser seres críticos de su entorno basados en argumentos bien estructurados. .
Una vez que tengamos lectores críticos que sepan discernir la paja del grano y tengan suficiente madurez comprensiva, no habrá ningún tema que no pueda ser leído y valorado por los lectores. A partir de ahí, , no deberemos de tener miedo a qué tipo de lectura se enfrenten nuestros hijos adolescentes. Lo que no podemos hacer es darles un libro o la opción de leer y dejarlos a su libre albedrío pensando que al leer están a salvo de todos los males del mundo exterior. No hay nada más peligroso que una idea errónea, implantada en el cerebro de un ser humano y que al final pueda quedar enquistada y blindada, con lo que se enroca y es imposible que sea rebatida, pese a que se use la artillería pesada de unas buenas argumentaciones.
«La idea es fomentar lecturas críticas y no solo lectores alfabetizados. Esta distinción es de gran importancia: una cosa es educar en la escuela para alfabetizar y otra orientar desde la escuela y apoyados desde las cosas para saber leer críticamente los textos de la cultura. Desafortunadamente la escuela, con la excepción de las escuelas innovadoras, se tiende a la alfabetización»
Me ha gustado mucho la entrada, Gaby. El tema de la educación en valores es muy extenso, pero has hecho un buen resumen al centrarlo en la lectura crítica.
Me gustaMe gusta