Sí, en efecto, estamos en la semana de los buenos propósitos. Estos son los días en la que abrimos nuestras agendas, recién regaladas el día 25, para apuntar todos aquellas buenas intenciones con las que queremos decorar nuestra vida en los próximos 365 días del 2022. Pero tal vez el problema está en que sea eso, solo una mera decoración y no asumamos de verdad esas ideas tan maravillosas que nos surgen ahora que estamos imbuidos del espíritu navideño. Toda la entrada me ha venido inspirada por un comentario que ha hecho mi buen amigo Haim Casas sobre lo dura que es esta última semana del año, al tener que darle vueltas en nuestra cabeza a la idea de ser mejores cara al año que viene, y al final me ha salido algo mucho más largo de lo que me esperaba.
Os puedo poner una larga lista de propósitos que pueden seros útiles, igual que otras veces os he puesto recomendaciones literarias, pero una cosa está clara, no sirven de decoración como los libros en una estantería. Si verdad lo queréis hacer reflexionar de verdad de si ese propósito es asumible, alcanzable y abarcable, ya que muchas veces nos ponemos metas que ya sabemos que son imposibles, por los motivos que sean, de realizar y luego pasan dos cosas, nos frustramos y nos cabreamos con la humanidad, como si el resto del mundo tuviera la culpa de que no hayáis elegido o calculado bien.
- Revisa si aquello que realizas a diario realmente te gusta y va a llevarte a las metas que te has propuesto. Porque ir para nada, es tontería.
- Comenzar y terminar todo aquello que has procrastinando (aplazado) por años. O reflexionar sobre la necesidad de tenerlo en tu lista, lo mismo es algo que en realidad tu mismo subconsciente piensa que no te va a valer o no lo vas a poder hacer y por eso mismo siempre lo acabas aplazando.
- Hablar con esas personas con quienes dejaste de hacerlo porque algo en la relación generó molestia. Tenemos la costumbre de enrocarnos y pensar que la culpa es solo del otro, cuando lo mismo el error es por ambas parte. Si después de intentarlo las cosas no mejoran, que por lo menos que por ti no haya quedado la duda.
- No hacer dieta, empezar a comer de manera adecuada lo que te permite generar hábitos a largo plazo y no resultados inmediatos que empeoran con el tiempo. El cerebro es muy cabrón y basta que digas o le insinúes la palabra dieta para que automáticamente se te antoje todo aquello que no debes de comer. Mejor es hablar de: voy a comenzar a comer sano. Así el cerebro es más feliz y tu acabarás sintiéndote mejor.
- Tomar la decisión de acabar con esa relación tóxica que te ha venido atormentando en el último tiempo y de la cuál por miedo, soledad, abandono, presión social, dependencia económica o dependencia emocional, no has podido salir. Esto también otro ir para nada, es tontería. No hablamos de personas que no aporten, si no de personas que lo que aportan son energías negativas o incluso acaban absorbiendo las energías positivas que tenemos. Pero analicemos bien todo, no sea que en realidad, la personas tóxica seas tú.
- Ahorrar el 10% de tus ganancias, secretos, pensamientos, gustos, necesidades y tiempo para ti. A veces nos mimamos poco y tenemos que ser un poco egoístas con nosotros mismos pero ojo, sin caer en el egocentrismo y pensar que somos el ombligo del mundo y todas las personas que están a nuestro alrededor están a nuestro servicio.
- Si tu salud se está afectando por falta de cuidado, entiende que el cuerpo no va a ser el mismo siempre, se desgasta, cansa y envejece. Es el momento de cuidar de ti. Asumir que la edad no perdona es algo que deberíamos de trabajar todos los días cuando nos levantamos. Pensamos que somos inmortales y va a ser que no.
- Romper el paradigma de la estética en donde creemos que la belleza está en los demás y asumir que tenemos nuestra propia belleza. Tenemos que conocernos bien y fomentar nuestras cualidades y limar nuestros defectos.
- Dejar de buscar desesperadamente esa pareja que va a darte la tranquilidad, estabilidad y amor propio del que careces. Si no te amas a ti mismo siempre serás un infeliz llegando incluso a retorcerte de envidia pensando que los demás tienen cosas que no se merecen.
- Aceptar que tu familia es como es, quienes cambiamos somos nosotros mismos para que cambie el mundo. Y si alguien de tu familia es tóxico pues no pasa nada, se asume también y te limitas a tratarlo educadamente y evitas un trato más habitual. Eso de que la familia no se elige es relativo, puedes no elegirla, pero tampoco tienes que aguantarla si es tóxica y afecta a tu salud.
- Buscar los deportes, artes, hobbies, prácticas que te interesan y dejar tiempo para ti mismo y para hacer las cosas que te gustan. Todo aquello que hagas por ti mismo son endorfinas que te harán más feliz.
- No vuelvas a prometer cosas que no puedas cumplir pues al final lo único que consigues es frustrarte y cabrearte con la humanidad.
- Permite que por instantes de tu vida haya serenidad, viaja, toma tiempo para ver los pequeños detalles, eso que te parece cursi, inapropiado. A veces nos perdemos el maravilloso árbol que tenemos delante porque nos perdemos en el bosque. Los pequeños detalles son los que cuenta.
- Por favor no rompas corazones por no tener claridad mental, responde y has preguntas, es importante tener fundamentos con lo que se piensa y se quiere. Pero asume también que si te dicen las cosas fundamentadas cuando cometes errores es por algo y debes de aprender a usarlo para aprender. Ser humilde también es necesario.
- Escribe tus planes del año, dales una fecha y un procedimiento con tu propio lenguaje para que siempre lo tengas a mano y entiendas como lo tienes que hacer.
- Reconcíliate con las personas de tu familia con las que has dejado de hablar, no cargues conflictos ancestrales que degeneran en odios e indiferencias. Aunque si una vez que lo has intentado no ha dado resultado, tampoco te fustigues intentando año tras año. Hay cosas que no merecen la pena y en este tipo de situaciones el camino es igual de largo para ambas partes. Si la otra persona no quiere, por muy familia tuya que sea, no vale la pena.
- Cambia el lenguaje común de exageración, victimización, crítica, nostalgia, recuerdo del pasado, rencor, revanchismo, con el que puedes dirigirte hacia ciertos espacios de tu vida y la de los demás. El que continuamente quieres ser centro de atención con sus males y sus penas, que muchas veces son hasta falsas, acaba aburriendo y quedándose solo o sola.
- El perdón es un talento que se aprende de la formación emocional que se recibe en casa por lo tanto empecemos gestionando nuestro propio perdón y enseñemos a nuestros hijos a perdonar, se consigue mucha tranquilidad de espíritu y mejora el humor.
- NO conduzcas con agresividad, no por eso el tráfico va a ser mejor o vas a llegar más rápido, tus derechos deben ser validados con justicia, no con egocentrismo ni rabia y además te juegas tu propia vida junto con la de tus semejantes.
- Crítica menos a los demás por su forma de pensar, vestir, hablar o pensar. Actúa, sé parte del cambio, deja algo al mundo que se pueda apreciar. El mundo no puede estar hecho a tu medida exclusivamente, en el cabemos o deberíamos de caber todos.
- Recuerda dejar media hora al día para caminar, meditar, pensar, hacer ejercicio y reflexionar sobre si todo lo que estás haciendo es lo adecuado o tienes cosas que mejorar.
- No impongas el orgullo por encima del amor, si tienes una pareja dale amor, no te acomodes porque toca, no te acostumbres porque no hay opción, por miedo a la soledad o a no cumplir con la imposición de una familia perfecta. Intenta que tu vida emocional sea lo más equilibrada posible.
- Deja de esperar la felicidad y prometértela cada año. La felicidad son momentos que creas a tu parecer, ¡creala! y, sobre todo, piensa que la felicidad está en cosas muy pequeñas, en logros casi diminutos pero que a la larga harán una larga cadena de momentos felices que te acompañaran en agradables recuerdos durante toda tu vida.
- Retoma aquellas cosas que has abandonado y realmente deseas hacer pero siempre valorando que son cosas que en realidad te van a aportar bienestar y crecimiento personal.
- Que el propósito fundamental sea quererte a ti mismo, respetando tus principios y siendo fiel a tus creencias, modificando errores y defectos de carácter. Todo ello te hará ser más fuerte y aunque te dobles como el junco, no te troncharás porque tus raíces están bien asentadas en la tierra.
- Dejar los aparatos electrónicos en espacios de familia a diario, cenas, almuerzos, restaurantes, desayunos, reuniones, hijos, padres, pareja, amigos, mascotas, arte y céntrate en mirar al mundo con los ojos tuyos y de otros, no por medio de una pantalla.
- Aprender a vivir en el presente sin proyectarse excesivamente en un futuro del cual no se tiene decisión, has lo que consideres correcto en estas 24 horas que te “pertenecen”. Y más hoy en día que con el bofetón de realidad que hemos tenido con el coronavirus hemos tenido que asumir que la felicidad, los logros y los planes se ajusta a un trayecto muy corto.
- Recuerda que el dinero es relativo, no justifiques tus largas jornadas de trabajo porque tienes que ser exitoso o tienes obligaciones, no existe la manera de comprar amor o felicidad, no te pierdas momentos importantes en tu vida personal y la de tu familia. Hay que trabajar para vivir y no vivir para trabajar.
- Lee libros, artículos, periódicos, ve películas, entrevistas, busca buenas fuentes que te puedan informar, no creas todo a primera vista. Busca las fuentes, se un lector crítico ya que el saber no ocupa lugar.
- Cuida de tu salud, acude a controles médicos, chequea tu peso y tus posibles riesgos porque eso a la larga tu cuerpo te lo va a agradecer.
- Aprópiate del lugar en el que vives, construye un hogar en donde quiera que estés, te pertenezca o no y vivas con quien vivas. Tu hogar eres tu mismo y va contigo a todos lados, no centres la felicidad en lo exterior, sino en lo interior que es lo verdaderamente importante.
- Recuerda que en un año no vas a ser la misma persona, plantea objetivos para que la vida no se te vaya soñando, no es malo soñar, pero con el tiempo puede generar frustración y eso conlleva mucha infelicidad para ti y para los que viven en tu entorno.
- Lo que sea que te propongas no lo dejes olvidado y no apuntes grandes metas porque el que mucho abarca poco aprieta, como diría mi abuela.
Espero que esta lista os sirva para algo pero sobre todo, yo lo resumiría en pocas palabras:
- Cuídate y cuida a tu entorno.
- Escucha todo lo que te digan, te guste o no, y saca una enseñanza de todo.
- Apunta metas pequeñas.
- Si haces felices a los que te rodean vas a ser más feliz y mejor persona.
- Huye de la gente tóxica pero no identifiques solo al tóxico con el que te dice lo que no te gusta. Es más bien al revés, el tóxico está permanentemente chupando de ti.
Y con esto solo puedo desearos una estupenda última semana del 2021 y nos vemos ya en el 2022.
No suelo hacer propósitos a principios de año, pero son muy útiles tus sugerencias para los que sí lo hacen. ¡¡Feliz 2022, Gaby!!
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