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Ciudades que inspiran

Hay lugares a los que, aún no siendo escritora, volvería una y otra vez. A las pruebas me remito con uno de ellos que es la ciudad de Ronda y que próximamente será mi quinta ocasión en la que recorra sus calles. Pese a todo, realizo mi retorno hasta con más ilusión que en la primera visita, donde mis ojos sorprendidos recorrieron su historia, tal vez porque en esta primera visita no capté del todo la esencia y magia del lugar. El hecho de disfrutar de nuevo de su visión me obliga a recordar sus aromas y retomar con disfrute de ese embrujo que hace que la ciudad sea la fuente de inspiración de muchos autores que han paseado por sus calles. Esto será como una forma de cargar las pilas porque ahora sí soy ya consciente de qué va a suceder y hasta lo espero con ansias.

Igual que se ha puesto de moda darle el apelativo de personas vitamina a aquellas que aportan salud a nuestras vidas, así creo que podría denominar a algunos lugares que he conocido y estoy convencida de que Ronda es uno de ellos. Además con la gran ventaja de que vivo a pocos kilómetros de su ubicación por lo que retornar cada cierto tiempo no es algo complicado.

¿Por qué elijo la ciudad de Ronda?

Te preguntarás a estas alturas, mi paciente lector, el porqué incluyo a esta ciudad en mi blog que a fin de cuantas trata sobre escritura y no tanto de viajes. Todo viene a colación porque por allí pasaron o vivieron autores de muy diferente género, Washington Irving y Rainer María Rilke, fueron de los primeros que estuvieron de paso. El primero fue un escritor del género romántico y diplomático americano que, durante algunos años de su vida, viajó por Andalucía y sus tierras seducido por su pureza y exotismo, por la civilización hispanoárabe y por una figura que marcó su vida, Cristóbal Colón, y su descubrimiento de América. El segundo, nacido en Praga, de carácter atormentado, que encontró en la magia de Ronda una época de calma que le llevo a disfrutar de un periodo de escritura productiva. En su obra encontramos poesía y prosa, destacando en esta última el género epistolar. Estuvo alojado en el Hotel Reina Victoria durante unas semanas donde mantienen su habitación, la 208, congelada en el tiempo. Espacio de trabajo del escritor que tuve el gusto de visitar en mi primer viaje a esta ciudad, de lo que hace por lo menos unos 30 años.

Habitación del poeta Rilke en el Hotel Reina Victoria (Ronda)

Junto a estos autores viajeros tampoco quiero olvidar la figura de Pedro Perez-Clotet, autor oriundo de Villaluenga del Rosario, donde se encuentra su casa familiar, la cual también conozco, pero que tras la Guerra Civil hizo gran parte de su vida en Ronda hasta su muerte en 1966. En esta ciudad tendría una de las mejores bibliotecas de poesía de España. Un autor que se le identifica dentro de la generación del 27 pero que también está a caballo en la del 36.

Si se necesitara prepararse o tomar un aperitivo para ver Granada, seguir la Ruta de Washington Irving sería lo más recomendable realizando una parada en esta serranía. Tierra por antonomasia de bandoleros y leyendas por lo tanto rezuma romanticismo decimonónico. Algo que tan bien le vino a los primeros autores mencionados por lo que ni que decir tiene lo bien que me viene a mí cada vez que voy a respirar sus aires. Cargo las pilas para otros añitos.

Con todos ellos, de una u otra forma, me uno a través de la mágica ciudad enclavada en la sierra de las Nieves. Un lugar privilegiado tan cargado de historia que una sola visita nunca ha servido para abarcarla toda, tal vez de ahí mi insistencia en volver una y otra vez y andarla de nuevo.

Pero no solo podemos hablar del romanticismo de Ronda, recordemos que el género fantástico surge prácticamente a la vez que el Romanticismo del siglo XIX, con lo que la bruma, el misterio y la leyenda aquí también puede ser germen inspirador para una buena novela.

Pese a ser una ciudad muy introducida en las rutas turísticas de los cruceros provenientes de Málaga y Cádiz, tiene unas horas especiales donde se reduce mucho la presión de esos grupos de extranjeros que solo quieren oír hablar de bandoleros y toros. Esto hace que por sus calles solo se oigan los ecos de los pasos de aquellos que somos amantes de la literatura y que esperamos que no nos interrumpan en nuestra inspiración con explicaciones, más o menos acertadas. de los guías que llevan a esos grupos multitudinarios solo deseosos de hacerse una foto en el emblemático Puente Nuevo.

Ronda está en la ruta de los Almorávides y los Almohades. Conocida como «la ciudad soñada» de los poetas, es el palpitante corazón de la Andalucía romántica y que nos lleva a las puertas de Granada, que con el tiempo, daría pie a los Cuentos de la Alhambra gracias a Washington Irving,  que aprovechando su estancia en esta capital, se puso en contacto con la biblioteca de la universidad, lo que le dio la oportunidad de alojarse durante una temporada en el mismo palacio nazarí. Fue entonces cuando surgió la idea de recopilar las leyendas y cuentos granadinos que constituyeron el génesis de este famoso libro. Una obra indispensable si se es amante del periodo romántico o de los libros de viajes y que nos hará conocer al tal vez del considerado como primer autor hispanista.

Yo tengo la suerte de disponer de una curiosa edición, comprada precisamente en Ronda, con magníficos dibujos y de la que estoy muy satisfecha porque hace que su lectura sea mucho más amena.

Nuestro otro autor, Rainer, es mucho más complejo. Durante varios años anduvo deambulando por Europa hasta llegar a España y allí tras pasar por Sevilla y Córdoba recaló en nuestra ciudad.

«Emprendí viaje hacia el Sur, me detuve asombrado ante Córdoba, tuve tiempo de percatarme de que Sevilla no me decía nada, y algo me llevó a Ronda»

Fragmento de una carta a su amante Lou Andreas-Salomé

Ronda le ofrece un abismo de piedra y tiempo «semejante al que ya trae en su interior. El Rilke que llega hasta aquí es un ser profundamente angustiado ante la imposibilidad de escribir y la obligación ineludible de hacerlo, prácticamente al borde del suicidio. Un bloqueo del que muchos autores sabemos y que es uno de los momentos más duros de nuestra creatividad. Superada está circunstancia, Ronda le ofrece soledad y largos paseos, algo que le reconcilia con él mismo y le permite escribir sin salir apenas de la habitación del hotel en el que se hospeda durante días, hasta que surge la Trilogía española, entre otros poemas», según comenta la profesora Carmen Rivas en su obra monográfica dedicada a la relación del poeta con esta ciudad malagueña.

En los tres meses Rilke pasó de sufrir el bloqueo del autor a ser golpeado por una especie de síndrome de Stendhal, pues así fue el sentimiento que le produjo la ciudad y que le ayudó a «parir», gracias a ello, a su nueva creación.

Y no puedo olvidar a Pedro Perez-Clotet. De él me gustaría destacar, además de su interesante obra, el hecho de que en 1932 da vida a la revista poética Isla, la primera de  todas las revistas poéticas gaditanas del pasado XX con una duración de ocho años de vida. Constituyó uno de los elementos de mayor alcance literario y repercusión social de todas las publicaciones que ofreció la provincia de Cádiz. Trabajaron con él en esta revista Aleixandre, miguel Hernández, Villalón, Prados, Jorge Guillén, Vicente Carrasco, Pemán, Luis Rosales, Gerardo Diego, Dionisio Ridruejo, Muñoz Rojas, Adriano de Valle y Carmen Conde entre otros.

Como puedes ver, Ronda es un lugar inspirador y ahora entenderás cuáles son los motivos de que sea una ciudad que recibe mi visita de forma recurrente. Un espacio cargado de buenas energías que me aporta esa tranquilidad tan buscada por Rainer y que además abre el camino hacia otra de las perlas de Andalucía: Granada. En breve me volverá a tener como visitante buscando encontrar algún rincón, que se me ocultó en anteriores viajes, esperando mi vuelta para sorprenderme de nuevo.