¿Qué tienen los trenes que tanto llaman la atención de lectores y escritores? Ya te he hecho referencia sobre lo que me gusta el mundo de los trenes y el motivo tal vez fue porque de pequeña me regalaron un año por los Reyes Magos: la clásica caja de Ibertrén. A partir de ahí la colección aumentó y siempre he sabido en el fondo que fue una excusa de mi padre para también poder jugar a los trenes. Él venía de una generación donde este medio de transporte, si se regalaba a los niños, era de madera y, como mucho, los más afortunados lo tendrían de hojalata. Con estas cosas que os cuento, podéis ver como mi padre me inculcó el gusto por los trenes y barcos y el amor a la lectura.

Por este motivo me identifico mucho con aquellas historias que se relacionan con los viajes en tren o entorno al ferrocarril, aunque no tenga ferrogenes, puesto que no soy hija de personal ferroviario, pero entiendo el interés de organizar actividades literarias en torno a este transporte.
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/television/2003/04/26/tren-inspira-escritores/0003_1635731.htm
Es una atmósfera especial y muchos autores lo han entendido y han escrito tramas en ese pequeño espacio. Es como si el limitado habitáculo nos envolviera y nos incitara a escribir, tomarlo como punto de inspiración, hacer que sea punto de partida para la obra literaria. Ver pasar el paisaje durante el viaje inspira. Y estar encerrada en un tren, solo con tu ordenador, también.
Existen terapias para superar la aerofobia, pero, en cambio, ¿quién no se deja llevar por un tren mansamente, más confiado y relajado que en su propio automóvil? Inclusive, uno puede apearse o subirse a un tren en marcha, como hemos visto en tantas películas del Oeste, o maquinar en su interior complejas y delicadas tramas, como en tantos relatos, desde el Orient-Express al Transiberiano. Desde su nacimiento, en el siglo XIX, el tren se convirtió en el más idóneo símbolo del progreso y al que nos hemos subido sin dudarlo.
Y hablando de ferrogenes, la lista de autores que tienen relación con este mundo del camino de hierro es amplia y para muestra os dejo un botón: Pablo Neruda, el poeta chileno premio Nobel, era hijo de un ferroviario de Temuco, Pär Lagerkvist, escritor sueco premio Nobel 1951, autor de El enano y Barrabás, era hijo de un jefe de estación de ferrocarril en el sur de Suecia, Camilo José Cela, el escritor español premio Nobel, autor de La colmena y de La familia de Pascual Duarte, de padre español y madre inglesa, tenía un abuelo, John Trulock, que fue gerente de la primera línea ferroviaria gallega.
Pero no siempre este medio de transporte ha sido del agrado de los escritores y lectores.
Las primeras opiniones de Dickens sobre el ferrocarril fueron desfavorables. En una de sus novelas y, en boca de un antiguo cochero, considera que el tren es anticonstitucional y atenta contra la libertad de los ingleses. Por añadidura, es aburrido y monótono, pues las estaciones se parecen tanto unas a otras, que siempre se llega a la misma. Lo único diferente son los nombres, escritos, eso sí, con iguales caracteres.
Pronto cambió Dickens sus puntos de vista. En su relato “El vuelo”, compara al tren que lo lleva a la capital francesa con míticas máquinas voladoras, tal es la velocidad con que se desplaza. Pese a todo la opinión de Dickens cambió con el paso del tiempo y eso me anima a recomendaros algunos libros en los que la trama gira en torno a este transporte que ha vuelto a entrar con fuerza hoy en día en nuestras vidas sobre todo con los nuevos abonos que prometen alargarse hasta el 2023. Lo mismo con esta nueva oportunidad de acercarnos a este medio de transporte nos surgen nuevas ideas para futuras novelas.
Mis recomendaciones de hoy son estas 10 historias. Algunas muy conocidas y otras lo mismo no tanto.

En Anna Karenina el tren es crucial. El ferrocarril tuvo una gran importancia por el avance que supuso la inauguración de la línea entre Moscú y San Petersburgo. Anna viaja en tren para mediar en el problema matrimonial de su hermano. El tren será el lugar donde Anna y su amante encuentran por primera vez. El tren será el escenario donde se desarrolle acción y los encuentros entre ambos.

Ambientada en la Francia de la segunda guerra mundial, Calle de la Estación, 120 es la primera novela de Léo Malet en la que aparece el detective Nestor Burma como protagonista. Bob Colomer, ayudante de Burma, es asesinado en la estación de Lyon justo cuando acababa de reencontrarse con su jefe, recién llegado a Francia del campo de prisioneros alemán en el que había estado internado. Antes de morir, Colomer logra susurrarle una dirección: «Calle de la Estación, 120», la misma que Burma había escuchado en el hospital militar de un prisionero agonizante. A partir de ahí arranca una investigación en la que el detective tendrá que indagar en episodios de su pasado que ya creía enterrados y que le llevará de la Francia de Vichy al París ocupado por los nazis.

Reconstrucción de uno de los más importantes robos de trenes. Sucedió en 1855 cuando Edward Pierce se apropiaron del oro que la Corona británica debía destinar a financiar la Guerra de Crimea. El robo causó un impacto importante en la sociedad victoriana londinense en un momento histórico en el que tren se alzaba como garantía de seguridad.

Los trenes son los protagonistas de esta historia que nos lleva a través de la investigación de un crimen la problemática social y política del Japón de la posguerra enfrentados a los valores de la tradición y la familia. Clásico de la novela negra japonesa. Publicada por entregas en 1958 es una de las obras más conocidas del autor.

A través del viaje que el protagonista Mathias Enard realiza en el tren transiberiano nos adentraremos en la historia un triángulo amoroso. Ambientada en la política, la sociedad, la guerra civil de la URSS. El autor obtuvo el Premio Goncourt 2015 con la obra Brújula.

Durante un viaje en tren por el Sudán francés el novio de la protagonista desparece sin dejar rastro. Destaca por las ambientaciones y la prosa ágil de Woods.

Después de unos días algo ajetreados en un hotel de montaña de un país sin nombre del este de Europa, la joven y rica Iris Carr coge impaciente el tren expreso a Trieste. En un vagón repleto, la única persona que no parece serle hostil es una institutriz inglesa, la señorita Floy, con la que entabla una amistosa conversación. Poco después se queda dormida y, al despertar, el lugar de su nueva amiga lo ocupa otra mujer de gesto adusto. La señorita Floy parece haberse volatilizado: nadie en el tren recuerda haberla visto, Iris parece no estar en sus cabales y solo un joven, pese a no creerla del todo, se ofrecerá a ayudarla para aclarar lo que puede o no haber ocurrido. La dama desaparece (1936), que sería llevada al cine por Alfred Hitchock en 1938, es un clásico de la novela de misterio británica y recrea una situación de ansiedad extrema que la acerca al thriller psicológico.

La intriga de esta novela está basada en la idea de un crimen sin móviles, un crimen perfecto: dos desconocidos acuerdan asesinar cada uno al enemigo del otro, forjando así una coartada indestructible. Bruno viaja en el mismo tren que Guy. Empiezan a conversar y Bruno, demoníacamente, fuerza a Guy a desvelar su punto débil, la única grieta en su ordenada existencia: Guy quisiera librarse de su mujer, que le traicionó y que puede obstaculizar su prometedor futuro. Bruno le propone un pacto: él matará a la mujer y Guy, a su vez, al padre de Bruno, a quien éste odia. Guy rechaza el plan, pero no así Bruno, quien, una vez cumplida su parte, reclama al horrorizado Guy que cumpla con la suya. Adaptada también al cine por Alfred Hitchcock.

La acción sucede dentro del mítico Orient Express, símbolo del lujo de la Europa del inicio del siglo XX. Una avería en el conocido tren durante un viaje de Agatha Christie la llevó a tomar notas sobre la descripción del tren y del suceso que luego usaría en su conocida novela.

Es la novela que lanzó a la fama a Paula Hawkins. El trayecto en el tren de Londres que la protagonista realiza cada día nos introduce en una trama psicológica. Un acontecimiento observado desde la ventanilla del vagón del tren nos llevan a descubrir a Rachel desde su interior, narrado en primera persona.
Si has leído con detenimiento los pequeños resúmenes que te he presentado habrás notado que la mayoría de las novelas son thrillers y es curioso que en un espacio en movimiento y que se supone lleno de testigos se pueda desarrollar este tipo de tramas. Pese a todo, los tren nos da amplias posibilidades y se crea una atmosfera claustrofóbica muy adecuada para ese tipo de historias por eso te recomiendo que te lleves una libreta y cuando montes en uno vayas apuntando tus sensaciones, lo mismo te sorprendes.