sentimientos

Despedidas

Mi librería de referencia

Cuando la autora y dueña de Algarve Libros, Margarita Lozano, nos anunció su despedida como librera y el cierre de la librería, creo que a muchos se nos hizo un nudito en el corazón. Sabíamos de la ilusión y el mimo con la que había montado ese pequeño rincón cultural en pleno corazón del Jerez de la Frontera. No había hecho prácticamente ni un año de la inauguración en la que nos encontramos un gran número de sus lectores y compañeros de letras y ahora este punto de referencia, que lo era para muchos, echaba el cierre. Creo que el desasosiego se instaló en muchos de nosotros, pese a saber que es por una buena causa, pero no dejamos de ser egoístas a la hora de conocer este hecho. Sospecho que no ando muy equivocada si digo que muchos de nosotros nos planteábamos a Algarve Libros como nuestra librería fetiche o por lo menos así lo sentí desde el minuto uno por la gran acogida que tuvo hacia todos aquellos que nos acercamos a su mostrador.

Este ha sido un año de despedidas y encuentros que me ha enseñado muchas cosas. Algunas las he apuntado en una especie de diario que llevo y otras, como le digo a mi hermana, las deberíamos apuntar y sujetar con imanes en la nevera para tenerlas presentes en nuestro día a día. No tanto por no repetir los mismos errores, porque el ser humano es de tropezarse en la misma piedra una y otra vez, sino por tener en cuenta lo efímero del tiempo. Ahora te estarás preguntando que qué tiene que ver este párrafo con el título de mi blog. Ya sabéis que a veces me hago un Simpson, empiezo con una historia pero acabo con otra bien distinta. Pero no, esta vez sigo el hilo. En este caso va relacionado con que hay que aprovechar el tiempo y las cosas según te vienen sin cuestionarte ni el motivo ni la duración.

Quién nos iba a decir que en un año iban a cambiar tantas cosas para algunas de las personas que hay a mi alrededor, incluida yo misma, pero así ha sido. Se han finalizado proyectos, otros se han dejado de lado, porque no eran viables, algunos se han empezado con gran ilusión aún no sabiendo si durarán pero disfrutando sobre todo en el día a día. Porque ahí es donde está el quid de la cuestión, el de saber disfrutar de cada jornada con sus luces y sus sombras, ya que nadie sabe lo que durarán esas ilusiones y planes entre nosotros.

Desde hace un año o dos vivo en esa inquietud en la que siento que me queda poco tiempo y soy muy consciente de la brevedad y la inconsistencia del transcurrir de los años. Por eso me gusta hacer tantas cosas y completar mi vida con proyectos que me llenen e ilusionen y compartirlo con mi gente. Y Margarita estaba dentro de esos proyectos cara a futuras presentaciones, pero hablando con ella entiendo su situación. No se puede estar en misa y repicando si se tienen en cartera otras ideas que ella quiere sacar adelante, como lo son su nuevo libro por lo tanto, pese a la pena que supone que una librería tenga que cerrar, no dejo de apoyarla y animarla en esta nueva etapa de su vida, Una etapa en la que, de una forma u otra, sé que muchos de los que hemos traspasado la puerta de su local la animamos y deseamos tener pronto noticias de ella.

Siempre tendré en mi memoria varios momentos con Margarita: el día de la inauguración, después cuando le propuse hacer la tertulia Entre vinos y libros, que nos tomamos unos vinos en un tabanco enfrente de la librería; otro momento destacado fue el mismo día de la tertulia y, finalmente, cuando participé, invitada por ella, en una encuentro el 8 de marzo en el que se trataría sobre el tema de la mujer en la novela, en mi caso representando a una autora de romántica-erótica, pero también estuvieron compañeras escritoras de los géneros de fantasía, historica y poesía, en la que nos reunimos un grupo de autoras con las que departí de una forma muy amena junto con el público que nos acompañó. Entre todos realizamos un intercambio de opiniones e ideas sobre el papel de la mujer en la actualidad dentro de los distintos géneros que cada una de nosotras escribía. Este intercambio nos abrió nuevas cuestiones entre las que recuerdo la de buscar formas de mejorar el papel de las protagonistas femeninas dentro de nuestras historías, la de la responsabilidad que teníamos como autoras de hacer personajes que no fueran tóxicos y la visión que pensamos que nuestro entorno tiene de la mujer como escritora. Todo dio mucho para pensar y para plantearnos nuevas reuniones donde hablar de temas similares. Ahora sabemos que no será en Algarve Libros, pero hay otros muchos espacios que se abriran para seguir encontrándonos en ellos muchos de los que en su día nos encontramos entre las tres paredes y los escaparates de esta librería.

Ya escribí esta semana y vuelvo a repetir, porque viene a colación, unas palabras que dice uno de mis personajes del próximo libro que trataré de publicar este otoño. Es algo que que creo que lo he sentido en muchas de las actividades que he hecho tanto en Algarve Libros como en otros eventos y que tan buenos recuerdos me llevo:

El valor de las cosas no se miden por el tiempo que duran, sino por la intensidad en la que se viven.

Gaby Taylor

Nuevas oportunidades

Pero para que no sea todo negativo también puedo hablar del nuevo proyecto puesto en funcionamiento por dos compañeras de letras como son Mina M. Ladoc https://www.instagram.com/mmladoc/ y Mari Luz Montes https://www.instagram.com/mariluz.monteskd/ que han apostado por montar una empresa de Servicios editoriales llamada Versalitas https://www.instagram.com/versalitas_serv/. He tenido el gusto de leer a Mina, tanto en su último trabajo publicado como lo que habitualmente difunde en las redes y reconozco su formación como correctora. En cuanto a lo que respecta a Mari Luz, he visto sus portadas, por lo tanto solo os tengo que remitir a que hagaís como yo, si queréis contratar sus servicios editoriales, seguidlas en las redes y comprobad su buen quehacer en estas lides. No tengo ninguna duda de que su trabajo es bueno y por lo tanto lo recomiendo para todos aquellos autores que quieran tener sus novelas publicadas de una forma adecuada. Que conste que no me pagan comisión por publicitarlas, eso es algo que hago por y con gusto porque me encanta dedicar un hueco en mi blog para hablar del buen trabajo diario de aquellas personas que conozco.

Como ves, unos vienen y otros se van, como diría Julio Iglesias en su canción, y doy fe de ello, pero los que se van no están tan lejos de nosotros y seguro que pronto sabremos de ellos y los que llegan pues bienvenidos sean y a disfrutar que son dos días.

recomendación

Me hago un Calista Sweet

Empezar la casa por el tejado

Siempre recomiendo no empezar a poner tejas si no tienes unos buenos cimientos, aunque es cierto que últimamente soy muy amiga de hacerme froilanes en el pie al saltarme alguna de mis propias normas. En este caso en vez de hacer un Froilan voy a hacer un Calista Sweet, pero antes te voy a poner un poco en antecedentes para que me entiendas ya que voy a recomendar a una escritora de la que explico a continuación que este es mi primer acercamiento a su trabajo, algo que no es habitual en mí a la hora de animaros a leer determinados libros.

Pese a seguirla en las redes tengo que reconocer que no había leído nada de ella por falta de tiempo, añadiendo además un hecho que comenta en su libro y del que estoy de acuerdo:

«La competencia es fiera: decenas de novelas se estrenan cada día y todos queremos que sea la nuestra la que el lector escoja»

Calisterías. Guía de autor. Consejos para sobrevivir en la escritura. Calista Sweet

Por lo tanto hasta la fecha solo la conocía de oídas y porque alguna publicación se me colaba en mi Instagram. Pese a todo el momento llega, esta vez gracias a la recomendación de Una rosa en tu librería publicada en Instagran: https://www.instagram.com/p/CsJkxIYItQi/ que dio lugar a que llamara mi atención. Así desde el viernes por la noche me dediqué a leer esta guía, acabándola ayér sábado, para poder comentaros hoy mi opinión sobre su lectura. Todo ello me ha llevado a que, tal vez por mi innata curiosidad, me acercara a ojear sus novelas publicadas hasta ahora y así, en cuanto tenga un hueco que no será tardando mucho, haré lo que siempre hago con los autores que me hacen tilín, que me leeré uno de sus primeros libros y el último que haya publicado y con eso tendré una visión de su evolución que posiblemente me incitará a leer su bibliografía completa poco a poco.

¿Qué es lo primero que me llamó la atención?

Para empezar comento que ya en su explicación de que son las Calisterías encuentro un punto en común con Calista:

No seré yo quien niegue esas teorías que afirman que se aprende mediante el método ensayo-error. No obstante, el proceso de aprendizaje es muy personal y a mí me funciona el uso de los sentidos. Vivir las experiencias está bien, pero no hay que infravalorar el poder de la mirada ni el que concede una apertura desmesurada de los oídos. A partir de lo que se percibe, uno puede extraer sus propias conclusiones.

Calisterías. Guia de autor. Consejos para sobrevivir en la escritura. Calista Sweet

Está claro que la experiencia es algo muy importante a la hora de aprender, sin embargo creo que como escritores es muy difícil plasmar una idea basándose solo en la experiencia, ya que hace falta como cientos de vidas para tener todo el conocimiento que, a la hora de la verdad, necesitamos para acabar desarrollando nuestras tramas. Por eso, en mi caso también me baso mucho en la experiencia de otras personas, con las que trato de empatizar hasta llegar a hacer sus sensaciones algo mío. Sé que es un proceso complicado de entender, y de llevar a cabo, pero aquellas personas que son PAS (personas de alta sensibilidad) seguro que me entienden perfectamente. No voy a decir que yo lo sea, pese a que sí es cierto que tengo bastante facilidad para ponerme en la piel del otro. Puedo decir que soy capaz de asumir ciertos estímulos que para unos pasan desapercibidos aun cuando para otros puedan doler de una manera bastante intensa. Con la madurez he logrado que esa capacidad me sea útil a la hora del aprendizaje, pero sobre todo a la hora de plasmas sentimientos en mis narraciones, a pesar de lo difícil que es ponerse en los zapatos del otro con todas sus consecuencias, por lo tanto esta primero premisa de la autora fue lo que me atrajo a seguir leyendo su guía.

También se debe tener en cuenta que tendríamos que ser millonarios, y sobre todo no tener que trabajar, para gozar de todo el tiempo del mundo y con ello poder visitar aquellos lugares en los que se desarrollan muchas de nuestras historias. La verdad es que comparto con ella la convinción de que conversaciones con personas autóctonos y con google maps se pueden hacer maravillas a la hora de plasmar los escenarios necesarios para nuestros que se muevan nuestros personajes. Sé que hay personas que difieren de esta afirmación, por lo que por esa regla de tres, autores com Santiago Posteguillo, Robert Graves o Noah Gordon, imagino que deben tener una máquina del tiempo. Como creo que no es así puedo decir, sin temor a equivocarme, que el otro pilar es una buena documentación, un tema del que ya he hecho mención en infinidad de ocasiones.

¿Cómo nos presenta la autora esta guía?

El trabajo está estructurado en varios capítulos breves que se pueden leer de una forma desordenada según nos vaya llamando la atención. El primero que elegí fue el titulado: No termines todos los libros. Para mí tiene más razón que un santo. Desconozco la edad de Calista, pero por ciertos comentarios deduzco que no hay precisamente un abismo generacional entre nosotras:

«Debes terminar todo lo que empiezas», «hay que ser consecuente con lo que se decide»… Aprendí la lección desde que era un comino. Mi sentido de la RESPONSABILIDAD jugó un papel crucial en la interpretación de la norma: durante años, esto me provocó numerosos conflictos internos. Abandonar un curso, o un trabajo, a pesar de que me causara infelicidad no eran opciones a contemplar. Hasta sufrí episodios de ansiedad como consecuencia de estas situaciones hasta que por fin me di cuenta de que uno tiene derecho a equivocarse y también a corregir sus errores. ¡Y no se desata ninguna tragedia natural! Aplicado a la lectura, por mucho tiempo tuve automatizada la obligación de acabar los libros que comenzaba; solo por el hecho de haberlos escogido, aunque no me gustasen o aportasen nada o fueran, sin ambages, un tostón.

Calisterías. Guía de autor. Consejos para sobrevivir en la escritura. Calista Sweet

Decidí iniciar mi ruta entre sus páginas sin preocuparme de por cuál capítulo abría el libro y más que hablar de aquellos en los que estoy al 100% de acuerdo quiero comentaros uno que me sorprendió y que me ha servido de enseñanza. Se trata del titulado No a los protagonistas planos. En estas páginas Calista me fundamenta precisamente la necesidad de que existan personajes que lo sean dentro de una novela, pero por supuesto que no sea el principal actor de la historia. Apoya esta aparente paradoja con el argumento de que es necesaria su existencia siempre que tengan pocos rasgos de personalidad pero que su presencia sea imprescindible para mover la acción. Son como la palanca que pone la piedra de la trama a rodar pero que no le hacen sombra a nuestros protagonistas. Me he quedado reflexionando y he visto que es una cuestión en la que no había caído en la cuenta e incluso, a veces, nos empeñamos, por no hacer personajes planos, en retorcer las personalidades de aquellos que su función es de mera comparsa, apoyo del protegonista o el que obstaculiza el progreso de este. Para esa labor tenemos que hacerlo con unos rasgos que los diferencie pero que llegue al final de la historia sin mucha evolución.

Con mas de 50 tips, repartidos a lo largo de 215 páginas, Calista nos pone al día sobre temas tan destacados como: para que son útiles los eventos, la leyenda del todo vale, la utilidad y las trampas de las redes sociales, el consejo de no subestimar al lector, la importancia de revisar los contratos, el sí a los finales felices, la leyenda del escritor exitoso, del que es viajero o del enrollado. Y en todos los capítulos he encontrado frases memorables para tener en cuenta a la hora de mimar mis publicaciones. Por supuesto no voy a hacer un spoiler de todas ellas, pero para muestras un botón por lo que os voy a poner aquella referente al corrector, un trabajo que a veces no está tan bien valorado como se debería:

El corrector es, en definitiva, un auténtico amigo. Es como un agente secreto que trabaja para el autor y para el lector al mismo tiempo. Un amante de las palabras con la misión de dar la claridad suficiente al mensaje eliminando las sombras, ese ruido de fondo que se superpone a la esencia, que distrae la atención del lector sacándolo de la lectura.

Calisterías. Guía de autor. Consejos para sobrevivir en la escritura. Calista Sweet

Tras participar, haciendo doblete este año, en el Encuentro de Romántica de Jaén han aumentado mucho mis ganas de pregonar a los cuatro vientos la importancia de una buena documentación, corrección y edición como un comienzo adecuado a la hora de presentar una historia. Luego es cierto que como todos sabemos el marketing, sea para el tipo de novela que sea, hace mucho y abre muchas puertas. Todos sabemos que un buen marketing ha hecho de verdaderos bodrios grandes bestseller, aún así, lo que a mí más me preocupa a la hora de publicar una novela no es tanto si gusta o no, como dije en el Encuentro, porque para gustos los colores, sino la satisfacción de saber que he hecho todo lo posible para superarme con respecto a mi anterior libro y que he luchada por tener la mejor calidad al alcance de mi mano y esto se ha plasmado en mi libro para que lo disfrute el lector. Esta es una de las ideas, que tras la lectura del libro de esta autora, en la que creo que también volvemos ambas a coincidir. Ya estés metido en el berenjenal de publicar o te estés iniciando en este apasionante mundo de la escritura, te recomiendo la lectura de: Calisterías. Guía de autor. Consejos para sobrevivir en la escritura. Calista Sweet

De todos modos si quieres saber más de esta autora te dejo aquí su enlace a IG donde podrás seguirla y conocer sus demás obras: https://instagram.com/calistasweetescritora?igshid=MzRlODBiNWFlZA==

Una autora que #gabytaylorterecomienda.

sentimientos

Dueña de las palabras

Cuando se es escritor podemos decir que somos dueños de las palabras o lo que es lo mismo, que debemos ser capaces de manejarlas a nuestro antojo y conocer los límites de su uso. Una especie de magos con la habilidad de unir letras y con ello crear mundos, espacios, historias, presentar alegrías y tristezas e incluso, llegado el caso, ser dueños de expresar nuestros propios sentimientos a través de los escritos o acogernos al silencio para dejar que el viento se lleve todo lo que no queremos que se conozca.

Siempre he pensado que cuando nacemos se nos dan una serie de dones que nosotros tenemos que ser capaces de desarrollar y que estos dones se nos conceden en forma de palabra. Unos vienen al mundo con las cualidades de ser simpáticos, cariñosos, alegres, introvertidos, tímidos, curiosos…, pero luego la vida sigue añadiendo palabras a nuestro guión vital si no sabes gestionar las primeras que nos dieron al nacer. Así empiezan a aparecer otros términos menos amables: miedo, frustracion, angustia, envidia, culpa…que nos harán convertirnos en los seres humanos que somos de adultos.

Por ello hay que tener claro que las palabras que utilizamos tienen la capacidad de transformar nuestra realidad. Ya lo decía el filósofo Ludwig Wittgenstein: «los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo», así creo que la lectura y asumir un amplio lenguaje harán que nuestro mundo tenga unos límites mucho más extensos y que además se expanda como lo hace el universo.

Hay estudios que demuestran que percibiremos e interactuaremos en el mundo según las palabras hayan configurado a nuestro cerebro. Un órgano que si bien no tienen las características de los músculos si es moldeable por las emociones y estas las transmitimos por las palabras. Si son emociones negativas hacen que liberemos cortisol, la hormona del estrés. Por lo cual, adoptar una actitud negativa y usar un lenguaje basado en expresiones como no puedofracaso o es imposible podría debilitar la salud física y mental de una persona. Por el contrario, estudios como el famoso Informe Monja —que demostró que las monjas que usaban en su lenguaje más términos positivos vivían hasta diez años más—, nos muestran que expresar palabras positivas y escuchar lenguaje motivador en nuestro ambiente diario favorece nuestra salud. En resumen que podemos decir que somos las palabras que usamos y nuestra esperanza de vida tiene un terreno muy interesante que abonar para cultivar esa actitud positiva.

Un ejemplo de ello lo tenemos en el hecho de que no causa el mismo efecto decir: «has hecho un buen trabajo, pero me lo has entregado tarde» que «me lo has entregado tarde, pero has hecho un buen trabajo». Dejar lo malo para el final hace que el efecto negativo perdure, que ese pero anule lo anterior. Y eso es algo que como escritores deberíamos de saber gestionar a la hora de escribir como a la hora de vivir. Recalco el título de mi entrada, somos dueños de nuestras palabras, podemos elegir libremente cuales usamos y cuales no. Casi podría decir que al igual que se dice la frase: somos lo que comemos, también somos lo que decimos y nuestras expectativas seran tan grandes en tanto en cuanto amplio sea nuestro vocabulario y tenga un carácter motivador. La gente mezquina, frustrada, intolerante, amargada, se queda sola porque tiene pocas palabras que decir y las escasas que tiene hacen que la gente huya de su entorno como lo apestados que son. Tienen un circo alrededor que les palmea la espalda en los comienzos de la relación pero al cabo de un tiempo, a las primeras de cambio, mirarán en su entorno y todo habrá cambiado, quedándose también dueños de sus silencios, pero un silencio que no es buscado, sino otorgado por su mal uso de las palabras.

Silencios interiores y exteriores

También hay frases que nos dicen que las palabras son más afiladas que las espadas y que se vale más por lo que se calla que por lo que se dice. Hay momentos en la vida en los que es mejor no usar las palabras sino batirse en duelo con los silencios; silencios interiores que acallan esos malos términos que brotan de los corazones dañados, pero que son fáciles de dominar con palabras amables que les curen de las heridas. Para qué dar explicaciones cuando no hay mas desprecio que el no aprecio. El valor del silencio está subestimado cuando es realidad es un arma de las más potentes. En un mundo dónde lo que más oímos es un continuo parloteo sin sentido y en el que el valor de la palabra dada parece no servir de mucho, porque donde se dijo digo ahora se dice Diego y nos quedamos tan panchos, creo que deberiamos volver a retomar con fuerza el silencio voluntario. Por eso creo que lo mejor es mantenerse en un segundo plano, rumiando las palabras no usadas y dejándo que los demás se gasten en un discurso vacuo e inútil que carece de significado porque son palabras vacias que no llevan a nada.

Desde hace tiempo trabajo el silencio interior porque aquello que no se piensa no tiene palabra que lo formalice, aquello que se olvida carece de importancia, aquello que se diluye es porque fue poco valioso en su momento y no vale que ocupe espacio en mi mente. Y si vas a usar verbos, usa aquellos tiempos verbales que nos dan una gran oportunidad para cambiar nuestras emociones. Si en lugar del condicional usamos el futuro, cambiamos un escenario hipotético por uno cierto. No es lo mismo decir: “Si escribo un libro, sería sobre felicidad” que “Cuando escriba un libro será sobre felicidad”. En el condicional vive la duda, en el futuro la certeza.

Como esto es un blog de una autora voy a poner un ejemplo de todo lo que llevo hablado en forma de título y así os acerco a la novela 1984 de George Orwell. Como bien me han recordado ayer, hablando sobre esta entrada en mi blog, en ella aparece esta premisa que comento en forma de una Neolengua, donde desaparecen vocablos o se les elimina significados que pueden ser peligrosos para el sistema de gobierno totalitario implantado por el Partido y que tan bien se desarrolla en la trama este escritor británico. Por ejemplo, para evitar que la población desee o piense en la libertad, se eliminan los significados no deseados de la palabra, de forma que el propio concepto de libertad política o intelectual deje de existir en las mentes de los hablantes. Esto está basado en el postulado del filósofo griego Parménides que nos habla de que aquello que no se piensa no tiene una palabra que lo sustente y por tanto no existe. En mi caso siempre he dicho que aquello que no conocemos no lo podemos soñar e incluso tampoco podemos escribir sobre ello.

A todo lo que llevo comentado también añadiría que esa es otra cualidad que tenemos los escritores, no solo podemos cambiar un poco el mundo que nos rodea sino mejorar el mundo interior en el que vivimos. Respeto a todos aquellos que escriben y necesitan una vida atormentada y carente de esperanzas para poder inspirarse, pero en mi caso prefiero una vida luminosa y cargada de buenos augurios e ilusiones, que me sirvan para desarrollar buenos argumentos, pues para escribir a un personaje oscuro y atormentado ya tengo ejemplos en mi entorno sin necesidad de sufrirlo. Tampoco hay que empatizar tanto a la hora de escribir, solo ser meros transcriptores de las realidades que nos rodean, sin ir más alla, para que no nos afecten esas vidas frustradas y carentes de futuro. Y, por supuesto, cuidar nuestro interior, teniendo en cuenta que muchas veces un buen silencio vale más que mil palabras. “De lo que no se habla, no existe. Y lo que no existe, se margina

mis lecturas

Chicas e instituciones

Una nueva recomendación de lectura

Se acerca el 8 de marzo y el título de mi entrada es el de un libro que me he acabado de leer y que puede venir bastante al caso con la fecha que se conmemora esta semana. Se trata de el trabajo de la artista, poeta y gestora cultural Daria Serenko (Jabarovsk, 1993): Chicas e instituciones. Una mujer disidente y que por ello sabe bien lo que es una cárcel rusa, porque lo ha sufrido en sus propias carnes. Ha pasado por ella en varias ocasiones debido a su oposición al régimen de Vladímir Putin, ha sido perseguida y amenazada, han hackeado su teléfono y ha llegado a temer por su vida. Así fueron sus últimos diez años. El pico llegó en enero de 2022, poco después de que presentara su libro (Errata Naturae) —en él critica el sistema patriarcal y militarista ruso— en Moscú y manifestara sus presentimientos de que algo horrible iba a suceder. La tacharon de alarmista. Más tarde la detuvieron y se pasó dos semanas en el calabozo. En ella se aunan una seríe de reivindicaciones y luchas que chocan directamente contra la mentalidad del régimen actual que gobierna Rusia, donde se están fomentando unos valores muy tradicionales, que además se han convertido en la ideología oficial del estado. Y las feministas no encajan en esos valores ya que redefinen los conceptos de la familia e igualdad algo que supone una amenaza directa a este régimen putinista, donde además los opositores al régimen tienden a sufrir accidentes, sobre todo el de precipitarse al vacío desde ventanas. Nuestra autora ha tenido más suerte. Dos semanas antes de que los tanques entraran en Ucrania, estaba sentada en un cafetería del centro de Moscú firmando ejemplares de sus libros. En el de un amigo escribió la dedicatoria «Rusia será libre». Antes de que hubiera terminado el café unos agentes de paisano la detuvieron y su condena finalizó la madrugada del 23 al 24 de febrero. Al despertar su país estaba en guerra por lo que tuvo que hacer las maletas y viajar hacia el exílio. Sus campañas siempre se han desarrollado dentro del marco de la no violencia, pero está claro, como bien dice Daria: protegerse de la violencia recurriendo exclusivamente a la no violencia puede costarte la vida.

Entre las páginas de este libro vemos un retrato de esa realidad contada por quién lo ha vivido de primera mano y desde el mundo de la cultura, algo que en muchos países de los llamados democráticos se sigue utilizando, al igual que en Rusia, como una forma de lograr un discurso uniforme en el que la palabra igualdad no tiene mucha cabida. Vemos en la narración de esta autora la historia de mujeres, las chicas, que trabajan para el ministerio de cultura ruso y como sus vidas se reducen a ser un mero número. Donde poco a poco se les merma su libertad política y de expresión, en el que el miedo a veces se ahoga entre tragos de vodka y donde la más minima sospecha, incluso por haberse divorciado, puede suponer un antes y un después en sus vidas. Lo peor de todo es que este discurso no solo se escucha en Rusia. que a fin de cuenta no deja de ser una dictadura. sino que lo oímos en los argumentos de muchas personas, incluídos líderes políticos, en países en los que se supone que ya a inicios del siglo XX sus regímenes eran democracias parlamentarias y en los que se presume de que todos los individuos son considerados iguales. Pues parece que no.

Panorama en la actualidad

Por eso, aún hoy en día una mitad de la humanidad necesita tener que llamar la atención como mínimo una vez al año y explicarle a la otra mitad que las mujeres somos iguales que los hombres en las reivindicaciones que este día se gritan por la calle. A nivel intelectural la igualdad es patente y la necesidad de colaboración entre hombres y mujeres, estando ambos en el mismo plano, es algo que debería ser obvio en pleno siglo XXI. Un siglo, del que ya tenemos casi un cuarto de él gastado de tanto usarlo, en el que sigo oyendo discursos donde se ningunea, menosprecia y socaba la identidad igualitaria de una parte de los habitantes del planeta, justificando esta situación con comentarios de los más variopintos y todos ellos cargados de bastante mala baba. Lo que hace no solo no conocer la realidad sino negarla y empecinarse en querer hacernos comulgar con rueda de molino. Solo hay que coger cualquier libro de historia y podremos encontrar que a cada éxito alcanzado por un hombre, antes o después, lo mismo ha sido logrado igual por una mujer, lo que ocurre es que si ha sido antes se ha ocultado y si ha sido después se ha minimizado.

Pero lo que más me preocupa no es que exista esa discriminación sino que uno de los medios de mantenerla siga siendo un discurso mal desarrollado por parte de un sector de mujeres que no acaban de entender muy bien dónde está el problema. Y eso lo he visto incluso dentro del mundo de la literatura donde se siguen jaleando y justificando tramas tóxicas dentro de la narrativa en un género como el la romántica-erótica. Allí seguimos desarrolando discursos en los que el mal trato se envuelve de glamour y se disculpa con la frase: fue por amor.

Si en una novela de thriller al antagonista malvado se le dota de unas características que hacen que nunca se le justifique su maldad pese a que se pueda entender el origen de ella, me gustaría saber el motivo por el que se justifican en aras del amor los amores tóxicos, la manipulación, el acoso e incluso las violaciones, que se acepten porque el ejecutor de los hechos ha tenido un mal día o tiene un trauma de la juventud. A eso se le añade que el amor de la protagonista lo va a acabar redimiendo y curando, finalizanco con el falso supuesto de que comeran perdices, que bien podía ser otra cosa porque no me gusta la carne de caza, y todo el mundo se queda tan feliz. Y ese mecanismo de justificación se implanta de una manera muy efectiva entre la gente jóven y se va repitiendo como un manta de generación en generación sin que nadie atienda a la voz de alarma pese a que hay muchas personas que van avisando de esta realidad. Sobre todo cuando los casos de violencia de género van cada día en aumento entre la gente adolescente, lo que demuestra que el dinero gastado en campañas no está siendo muy efectivo.

No es que pida que se censure este género literario, como algún sector con pocas luces dice que queremos hacer aquellos autores y lectores que denunciamos este tipo de escrito, es sencillamente que se hagan lecturas guiadas entre la gente jóven y que no se acepte ningún tipo de justificación para ese tipo de actitudes tóxicas. Que al igual que se define a la perfección al personaje malvado de una novela, que se delimite eso mismo en los personajes que demuestran su amor de forma envenenada en las tramas. Que no demos pie a que personas sin formación adecuada, como muchos adolescentes y bastantes adultos, crean que si un novio controla mi móvil, es terriblemente celoso, me dice que la ropa que llevo es llamativa y fiscaliza con quien salgo o lo que hago es porque está locamente enamorado de mí. Eso es lo que se pretende y pese a que hay estupendos trabajos literarios de autoras de novela romántica y erótica, que logran desvincularse de estos postulados, todavía encuentros cientos de ellas (suelen ser mujeres, que eso es lo que más me asombra) que son jaleadas por miles de lectoras por sus tramas de celos, manipulaciones por parte del hombre hacia la mujer, maltratos físicos y psicológicos e incluso violaciones, de la que luego se le perdona, en aras del amor, al ejecutor del delito que acaba casándose con la sufrida protagonista.

Por eso pienso que es debido a los hechos vividos y narrados por Daria Serenko en mi lectura recomendada o a lo que se sigue viendo en la literatura romántico-erótica, lo que hace que días como el 8 de marzo sigan siendo necesarios en el calendario de la humanidad.

Si quieres saber más de esta autora y su libro os dejo una entrevista que dio a los medios debido a la publicación en castellano de su trabajo.

https://www.elconfidencial.com/cultura/2023-01-28/daria-serenko-feminismo-lgtbi-putin_3564777/

Y junto a esto os animo a acercaros el miércoles 8 de marzo a Algarve Libros en Jerez de la Frontera a las 19.30 donde participaré en la tertulia titulada: El papel de la mujer en los distintos géneros literarios. Allí os espero.

artículo

El clímax

Cuando se inicia una historia, sea en una narración de ficción sea en la vida real, siempre se llega a un punto en el que el personaje o la persona llega al límite de cualquier situación que el día a día nos lo plantea. A partir de ahí todo puede ir cuesta abajo y rodado, para bien o para mal, hasta llegar el final de la historia. Las personas lo sufrimos desde el amanecer hasta que volvemos a la tranquilidad de nuestros dormitorios en una continua vorágine de cambios, saltos, rectificaciones, etc, que hacen que cada jornada sea distinta y nunca sepamos lo que ese día a día nos depara. En una novela, que es el formato narrativo que trabajo, es algo relativamente más sencillo porque se supone que el autor es el que lleva la batuta para que los personajes lleguen a este punto al que se denomina: clímax

¿Qué se denomina clímax en una narración?

Se denomina así al punto de mayor intensidad o fuerza en una serie creciente, siendo su punto más alto.
De todas maneras, la palabra clímax tiene diversos usos dependiendo del contexto en el cual se la emplee, aunque vamos a centrarnos en el de la estructura de una narración, el otro lo dejamos para las novelas eróticas.

Para la narratología, que es aquella disciplina que se ocupa de estudiar los elementos fundamentales de la narración, el clímax es el momento en el cual una trama, una obra, alcanza su punto más álgido, de más alta tensión; generalmente, se sitúa en el desenlace de la obra en cuestión, aunque esto no resulta ser siempre así ya que puede darse en el medio de la narración, para luego presentar las consecuencias que el clímax ha originado en cada uno de los personajes. En tanto, el opuesto al clímax es el anticlímax, aquel momento de tensión creciente pero que se resuelve sin que se produzca un aumento final de la tensión, por ejemplo, cuando un conflicto violento se resuelve de pronto pacíficamente. En mi caso suele ser habitual comenzar mis novelas con un clímax que ponga el lector en una situación de alerta y tensión y que le incite a tener interes en seguir leyendo el origen de esa situación con la que inicio la historia. Cada autor tiene su estilo o su forma de afrontar el inicio de una trama y marca las pautas para llegar al clímax, pero es cierto que como cualquier proyecto debe tener un esquema que facilite el trabajo.

Un ejemplo lo podéis leer en mi primera novela Siempre Juntos. Momento en el que se produce el punto de inflexión en la vida de la protagonista y que nos abre el camino para la segunda parte de la novela Confianza Ciega:

«Y ella, ¿cómo está? —preguntó, viendo como James me tomaba el pulso y me abría la ropa.

—Mal. Creo que tiene una hemorragia interna por los golpes. Voy a llamar a un helicóptero medicalizado para que nos evacúen a todos. Me iré con vosotros, mis hombres y los de Ibrahím harán la limpieza.

A partir de ahí, todo lo que recuerdo fue como entre una niebla y unas veces más o menos consciente. Me subieron a un helicóptero; James, aparte de dar órdenes a diestro y siniestro, me decía venga, lucha, no nos dejes. Durante un rato todo volvió a ser oscuro; luego, una ambulancia, un hospital, el pasillo, un quirófano, la voz de Ari diciéndome te quiero, sus labios y, finalmente, la imagen de James poniéndome la mascarilla para los tubos de la anestesia y su voz: siempre estaré contigo, vuelve.

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Fragmento de Siempre Juntos de Gaby Taylor

Pero, como he comentado, para llegar hasta este punto primero hay que tener en cuenta que tipo de narración vamos a usar en el desarrollo de nuestra trama. Hay varios tipos:

1. Narrativa lineal: es la que más común que nos vamos a encontrar y se basa en contar los acontecimientos en orden cronológico. La mayoría de películas y videojuegos tienen esta estructura, en la que no hay saltos temporales ni anacronías.

2. Narrativa no lineal: el orden en que se nos cuenta la historia no es el orden en el que ocurre. El narrador (o narradores) van dando saltos hasta componer la historia completa. vamos descubriendo la historia con saltos en el tiempo hacia el pasado (flashback) o hacia el futuro (flashforward). Si los viajes son hacia el pasado, también se les llama Retrospectiva. Hacia el futuro, serían Anticipaciones

3. Narrativa inversa: La historia comienza por el final, y va avanzando hacia el principio. Es una estructura compleja tanto para un escritor, como para un lector. Pero si se hace bien, es un tipo de narración que impulsa la historia a otro nivel.

4. Narrativa desordenada o antiestructura: Cortázar y su Rayuela son el gran exponente de esta estructura que no tiene ni principio, ni final, ni un orden determinado. El libro está compuesto por capítulos que pueden leerse de principio a fin (de manera cronológica), del revés (empezando por el final) o en un orden aleatorio.

5. Narrativa sin final La estructura narrativa sin final es la historia que no acaba, que nos deja con un final abierto. Podemos dejar el conflicto principal solucionado, pero no cerrar todos los hilos o, por lo contrario, cerrar algunos hilos pero no la historia principal. Las estructuras narrativas sin final nos dejan con interrogantes y pueden dar paso a una segunda parte o, simplemente, a una reflexión por parte del lector.

6. Narrativa circular: sigue los mismos patrones de la novela lineal, con la excepción de que coinciden el final y el principio. La historia acaba igual que empieza

7. Narrativa de los vasos comunicantes: Esto implica que la culminación de la historia se irá escribiendo justo en el momento en que los hechos ocurren; tal como si fuese la vida misma. El encuentro entre las líneas paralelas que representan al lector y su lectura, muestran un juego imaginativo doble, cuya expresión más insólita radica en el hecho de que al momento de la intersección, la historia empieza a repetirse letra por letra. Un ejemplo lo encontramos en Michael Ende y su Historia Interminable

8. Narrativa con Doble clímax: Una vez ha vencido al villano, aparece un supervillano, más poderoso, más peligroso, más fuerte. Una historia que, cuando parece que ha acabado, resurge de su historia y se relanza para seguir con la narración.

Por supuesto estos tipos en ocasiones se combinan, se mezclan y surgen obras geniales.

Una vez que tenemos claro que tipo de narrativa vamos a usar en nuestra novela es cuando debemos tener en cuenta como vamos a usar el climax, que es el empujón para que el lector llegue al final de la historia. Es cierto que cada capítulo de una novela debe de tener unos pequeños clímax que vayan abriendo y cerrando puertas para pasar al siguiente capítulo, pero siempre hay que tener en mente el gran punto de inflexión que nos lleva al desenlace, tal como lo dice, el punto más álgido de tu historia, el punto más fuerte o el punto más importante después del cuerpo o nudo. Es donde las cosas o se arreglan o terminan de romperse. Así, sencillo. Y eso nos lleva al final de la historia.

¿Cómo afecta el clímax a la narración?

Hay que tener en cuenta que en el clímax se contestan todas las preguntas que se han sembrado a lo largo de la historia. También se satisfacen todas las emociones implantadas en las lectoras. Esto es debido a que existen lectoras racionales y lectoras emocionales. La diferencia entre unas y otras es que las primeras leen para pensar, porque les gusta ejercitar las neuronas y las segundas leen para llorar, reír o asustarse. Por eso una misma novela puede tener varias interpretaciones, dependiendo de la clase de lectores que se acerque a ella. El tipo de satisfacción que obtienen de una misma obra es diferente y tú debes tratar de satisfacer a todos.

¿Qué tipos de clímax existen?

Un clímax narrativo que ofrezca un cambio total e irreversible, responda a todas las preguntas planteadas por la narración y satisfaga todas las emociones del público provocará un FINAL CERRADO

Un clímax narrativo que deje una pregunta o dos sin responder y alguna emoción sin satisfacer resultará en un FINAL ABIERTO.

Como ves, el tema de preparar un buen desenlace, casi desde el inicio de nuestra narración, es algo vital para poder realizar un buen desarrollo de toda la trama. Aunque no evita que mientras vayamos escribiendo vayan surgiendo cambios durante el camino. Por lo menos en mi caso soy afortunada porque cuando una historia salta en mi cabeza la suelo ver de principio a fin, y eso me facilita ir sentando las bases crear un buen clímax, que sea consecuente con todo lo que viene del inicio de la novela y que desemboque en un desenlace coherente y sin agujeros que demerezcan la novela. Esto se consigue con mucho tiempo dedicado al trabajo de la escritura y con formación, no es algo que diga que tengo ya superado y no es algo que surge de la nada de la noche a la mañana y por supuesto, no dudes de que nace de una lectura continuada de buena literatura. Por eso, tener el hábito de leer, es un consejo que siempre tengo en la boca para todos los escritores que inician su trayectoria.

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Escribir bajo presión

¿Qué queremos expresar cuando hablamos de escribir bajo presión?

Trabajar bien bajo presión se trataría de la habilidad de mantener la coherencia y llevar a término las tareas en situaciones adversas y en tiempos limitados, algo a veces que es difícil de adquirir.

Como muchos sabéis, el tema de la cocina es una de mis pasiones, la otra es escribir, y suelo hacer analogías uniendo ambas pasiones a la hora de publicar en mi blog al igual que a la hora de escribir mis novelas. Para muchas personas escribir bajo esa situación sería como poner sal en un plato que supondría una forma de realzar el sabor, pero que sabemos que si nos pasamos acabaremos arruinando la receta. Algo similar podríamos decir de realizar ciertos trabajos, incluidos el que nos trae entre manos, bajo una presión excesiva. A la larga puede producir un exceso de estres que dé lugar a que ralentice la finalización del proyecto iniciado e incluso lo abandonemos definitivamente.

Reflexionando sobre este tema, y a tenor de lo ocurrido estos meses atrás, he pensado que me encuentro frente a dos realidades a la hora de escribir presionados, una que denomino presion temporal y otra presión vital. Una imagen que te vendrá a la cabeza de la primera forma es la que se produce en un llamamiento como el NaNoWriMo (National Novel Writing Month), evento literario que se convoca todos los meses de noviembre desde hace años y en el que cada escritor lucha contra sí mismo y contra reloj. Un plazo ajustado de un mes para escribir una novela cumpliendo día a día un determinado requisito de número de palabras. Te plantea el reto de escribir cincuenta mil palabras a lo largo de los treinta días de noviembre. Exactamente una media de 1667 palabras por día, lo que viene a ser más o menos lo que dedico a escribir cada domingo en este blog. Parece que no es mucho una vez que se sabe cual es la media, pero garantizo que tener esa meta de más de 1500 palabras no es lo mismo que ponerse manos a la obra.

Sin explayarme, porque hay muchas páginas y blogs dónde puedes consultar el funcionamiento de este reto, como consejo te puedo comentar que el truco para cumpliarlo se apoya en tres puntos importantes (y no lo digo yo como escritora):

  • Ten toda la historia planificada previamente
  • No corrijas durante el Nanowrimo
  • No busques información y documentación durante el proceso de escritura

Un ejemplo de ello lo tengo en este texto mismo. Suelo pensar a lo largo de la semana sobre de que voy a tratar la entrada del siguiente domingo, pero no siempre llega la inspiración por lo que tengo que salir al encuentro de ella, y aunque esta semana me llegó la idea prácticamente el lunes pero por motivos laborales y de otro tipo solo hice un pequeño boceto sin llegar a escribirla entera. ¿Qué ocurre entonces? Que hoy domingo a las 7 de la mañana estoy en mi cama con el ordenador puesto sobre una base, y escribiendo con apremio estas lineas para tener la entrada lista sobre las 10 u 11 de la mañana. Esta es la presión habitual de un escritor que trabaja en una editorial y  que le suele marcar unos plazos a la hora de presentar su siguiente trabajo. También es la que nos imponemos a la hora de querer presentarnos a distinas convocatorias literarias si no tenemos previamente una novela acabada y corregida.

Muchos autores disfrutan con este punto de sal en sus vidas que les afina y afila la creatividad, en cambio para otros les supone un asesinato de su creatividad. Que verdad que en la viña del señor hay de todo. Un ejemplo lo tenemos en el autor Isaac Belmar:

Hace mucho, mucho tiempo, ya hablé de la pistola en la cabeza. Me gustaría haberme librado de aquello casi diez años después, pero lo cierto es que sigo escribiendo más y mejor bajo presión, que en esas épocas en las que fluyes un poco sin rumbo, pensando qué historia quieres contar y con un lienzo en blanco sin límites.

De él también son sus palabras:

La libertad es lo peor que nos puede pasar, porque si tenemos todo el tiempo del mundo, perdemos todo el tiempo del mundo, si tenemos todas las opciones ante nosotros, no elegimos ninguna.

En cambio tenemos a la autora y periodista Mara Torres que es opuesta a este tipo de presión. Finalista del premio Planeta del año 2012 con su novela La vida imaginaria en una entrevista hacía mención a su imposibilidad de escribir  con esa espada de Damocles sobre su cabeza. Incluso aclaraba que:

Cuando consiguió la prestigiosa distinción (ser finalista), Mara Torres ya comunicó a la editorial que no podía comprometerse porque no sabía «si iba a volver a escribir nunca». «Y me han respetado», ha apuntado.

De hecho hasta cinco años mas tarde no volvió a publicar una novela. En este caso se trata de la titulada «Los días felices» y tuvo que transcurrir todo ese tiempo para que viera la luz; novela que ahora mismo estaba leyendo y que en parte ha sido la inspiración de esta entrada. En mi caso, tirando de un hilo logro alcanzar lo que quiero.

Estos ejemplos que os pongo son de lo que denominaría una presión temporal y hemos visto que no todo el mundo tiene el mismo umbral de aguante frente al estres que genera esta imposicion a la hora de iniciar y finalizar un proyecto. Pero existe otra presión, que yo denomino vital, que también está muy presente en nuestro día a día y dónde la mayor parte de las veces no existe la opción de poder elegir si se acepta como manera de gestionar un trabajo. Porque presentarse a un concurso literario o trabajar con plazos por motivos editoriales no deja de ser en última instancia algo voluntario. Obviamente, una vez que te metes en harina hay que apechugar con la elección. Pero, ¿qué ocurre cuando la presión que ejercen sobre nosotros no es algo que provenga de una elección voluntaria?

La presión vital

Cuando hablo de este tema me viene a la cabeza el ensayo de Virgina Wolf, Una habitación propia. El título proviene de la idea de Woolf de que, «una mujer debe tener dinero y una habitación propia para poder escribir novelas». Woolf observa que las mujeres han sido apartadas de la escritura debido a su pobreza relativa, y que la libertad financiera traerá a las mujeres la libertad para escribir: «Para empezar, tener una habitación propia… era algo impensable aun a principios del siglo diecinueve, a menos que los padres de la mujer fueran excepcionalmente ricos o muy nobles». El título también se refiere a la necesidad de cualquier autor para tener licencia poética y la libertad personal para crear arte.

El ensayo examina si las mujeres eran capaces de crear, y la libertad que tenían para producir un tipo de trabajo de la calidad de William Shakespeare, atendiendo a las limitaciones que las mujeres escritoras, pasadas y presentes, enfrentan. Y ahi es dónde tirando de mi hilo pasé a la verdadera dificultad y a la auténtica creación bajo presión, bajo la opresión de la falta de dinero, del día a día, del sacar adelante a una familia, de las incertidumbres que nos acechan, de las enfermedades que a veces se nos presentan dando la cara de una forma cruel, arrasando con todo lo que tiene delante, tanto para el que sufre la enfermedad como para la familia que se enfrenta a la situacion.

Para mí eso son verdaderas presiones, las vitales, que nos van a llevar al mismo tipo de escritor o escritora que hemos mencionado con anterioridad, al que se crece ante la advesidad, aunque necesite tomer aire para coger impulso, y a aquella persona que se pone en un rincón apoyando la cabeza entre las piernas y que no es capaz de tomar las riendas de su vida, con lo que este último tipo de individuo el mundo les arrollará sin remisón, porque el mundo no se para.

Pasados ya seis meses me puedo permitir el lujo de hablar desde mi experiencia en este tema, que me ha llevado precisamente a tomar aire para coger impulso. Si el padre de mis hijos decide que su vida no tiene sentido, y que quiere buscar la felicidad por su cuenta tras 28 años de un proyecto en común, no hay más que decir, solo apechugar con la decisión. Tras empaquetar todo lo suyo, para facilitar el tránsito, y respirar profundamente, no puedes hacer más. Bueno sí, tengo las dos opciones mencionadas con anterioridad: ponerme en un rincón a llorar recordando los estupendos años pasados o cerrar la puerta procurando no dar un portazo y acelerar todos los trámites del divorcio para que el trago pasase de la forma más ágil posible (sin olvidar esos buenos tiempos que se han pasado, pero mirando hacia el futuro, que lo cortés no quita lo valiente)

Quienes me conocían, en ese momento no dudaron de que tomaría la segunda opción. Saben que no tengo tiempo para llantos en esquinas y que hay que sacar una familia adelante. No digo que me haya quedado con un trapo atrás y otro adelante, pero cualquier persona que haya pasado por mi situación sabe perfectamaente que se dinamitan muchos cimientos y que hay que construir todo desde cero, desde la confianza en uno mismo hasta el valor de salir a la calle y enfrentarse al mundo. Y, cuando esto ocurre, de lo que menos ganas tienes es de ponerte a escribir una novela y no lo digo por los ánimos, porque para ovarios los míos. Aquí mas bien me enfrento al imperativo de cubrir unas necesidades básicas y que me restan tiempo para dedicarlo a escribir.

Gracias Dios, y a mi habilidad de no bloquearme en los tiempos difíciles sino de crecerme ante ellos, puedo decir que voy avanzando, que no es poco. Sé que todas las novelas no tienen un final feliz y que esta parte de mi vida la estoy escribiendo en el día a día, pero es algo que me han impuesto en mi contrato vital y no me voy a echar para atrás. No estoy rehaciendo mi vida, como muchas personas expresan, sino que estoy escribiendo nuevos capítulos con menos escaleta de la que pensaba, pero con bastantes recursos para hacerlo. Con mis amigos y familia, aunque no seamos muchos ni falta que me hace, voy saliendo adelante y con mi proxima novela en corrección. Por eso tardaré un poco más en volver a publicar, pero no os vais a olvidar de mí, porque seguiré en las redes, seguiré apoyando a los compañeros, y seguiré promocionando los libros ya publicados. No os vais a librar de esta autora tan facilmente.

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La imaginación

¿Qué es la imaginación?

Realmente la respuesta más o menos la tenemos todos en la cabeza, pero por si alguien no lo tiene claro me he dirigido al consejo de sabios (RAE) y voy a copiar la definión que nos brinda el diccionario: facultad humana para representar mentalmente sucesos, historias o imágenes de cosas que no existen en la realidad o que son o fueron reales pero no están presentes.

Solamente con esto tendría para rellenar la entrada de este domingo por lo que tirando precisamente de esta virtud, y apoyándome en diversas lecturas, le he dado una nueva vuelta de tuerca a esta palabra de la que se supone los escritores debemos de tener sacas y sacas acumuldas en nuestras casas, aunque es preciso puntualizar que la imaginación no es algo exclusivo de los escritores. Si acaso de estos es la capacidad de plasmarlo en el papel, pero está claro que sí es algo que debe ser intrínseco a la creación literaria, aunque no sea exclusivo de sus creadores.

¿Virtud o maldición?

Ahí es donde planteo esa vuelta de tuerca porque si bien siendo escritor ya hemos visto que es esencial y, que incluso, es una cualidad muy útil para darle chispa a la vida del resto de la humanidad que no escribe, pero pese a todo, no podemos negar que el exceso de imaginación puede ser incluso una maldición. De muestra un botón y una experiencia personal o como diría Lolita Flores: una anécdota. Para empezar, puedo decir que, desde hace mucho, se ha denominado a la persona a la que le rebosa este atributo como de «Antoñita la fantástica»

Muchos de vosotros, queridos lectores, que todavía veis vuestro 50 cumpleaños como algo lejano, seguramente no tendréis ni idea de dónde viene ese apodo, pero aprovechando la circunstancia voy a contártelo.

Antoñita la Fantástica era adorable, era una niña espabilada y a la vez muy educada, que para eso se había criado en el barrio de Salamanca de Madrid en la posguerra; dónde también se crió mi madre, que disfrutó leyendo sus aventuras y por la que tengo precisamente noticias de esta criatura. La niña vivía aventuras en la realidad y sobre todo en su imaginación y de ahí su apodo. Antoñita iba a Radio Madrid, a la Gran Vía, acompañada de su tata, siempre a su lado (la ficticia aya se llamaba Nicerata), porque quería tener su sesión semanal de tertulia con don Antonio, un adulto respetable con quien había entablado amistad (y no miremos la relación con filtros de hoy).

A esa niña repipi le gustaba viajar a Babia. De hecho siempre estaba en Babia. De la radio, Antoñita pasó a los libros infantiles, a los best sellers de una España aún deprimida de finales de los años 40 y que necesitaba reanimarse.

Tras el personaje se encontraba quien le daba voz en los micrófonos de la SER y quien empezó a escribir sus aventuras, Borita Casas, fiel representante de la España dividida, con un hermano falangista muerto durante la guerra y otro, de la izquierda, republicana en el exilio. Una locutora que aprovechó sus visión, de la España en la que vivió, para su trabajo en las ondas. Antoñita era fantástica y llegó a convertirse en una serie de televisión, dirigida por Pilar Miró en 1967.

Y de ahí que el empresario Antonio García Fernández, padre de Ana Obregón, observara que su hija pequeña tenía unas dotes excepcionales para la comedia, el desparpajo dialéctico y, sobre todo, una mente abierta para vivir con la imaginación mucho más de lo que tenía ante sí, que no pudo evitar sacarle punta: «Esta niña es Antoñita la Fantástica», bromeaba. Y Ana Obregón, que entonces tenía doce años, se quedó con el apodo, que no le iba mal con su personalidad. Si había que quedarse en Babia, ya lo hacía. 

En el caso de Ana, ella supo sacarle partido a este mote y hacer una marca de su forma de ser, granjeándose con ello la simpatía de la gente que la rodeaba, aunque hay veces que tener tanta imaginación puede llegar a ser una maldición tanto en la vida real como en la vida literaria.

La maldición del exceso imaginativo

Siempre se ha considerado como algo positivo el estimular la imaginación pero como cualquier cosa que se tenga que desarrollar, si se hace en exceso, podemos acabar teniendo problemas. Recuerdo que de pequeña me metí en algún pequeño lio por ese poder de mi imaginación, que acababa aderezando con algunas mentiras mal calzadas aquí y alla con lo que, a la primera que me pillaron y tras una buena regañina por parte de mi madre, decidí atar en corto a ese rum rum de mi cabeza y utilizarlo en algo más provechoso. Tal vez ese toque de mi progenitora favoreció que en vez de reprimir esta capacidad de hilar historias fantásticas acabaran muchas de ellas plasmadas en mis libros.

Pero esta cualidad debe de estar bien atada y fundamentada, si se es escritor, porque ese rebosar imaginativo nos puede llevar a querer meter con calzador hechos en una novela y que por mucho que gocemos de lo que se llama licencia del autor, acaben haciendo que el relato pierda credibilidad y pasemos de una novela de ficción a una de fantasía, que si bien en este género la capacidad de inventar mundos es fundamental, también hemos hablado de que por encima de todo está la necesidad de que todo quede bien encajado, y que pese a ser un mundo nuevo debe tener unas leyes razonablemente lógicas que se cumplan de principio a fin y todo ello perfectamente fundamentado.

La maldición la he sufrido en novelas que he leído en la que hay piezas que no encajan por mucho que el autor eche los restos tratando de poner su imaginación al servicio de la narración. Tendría que disfrutar de cuatro vidas para poner por escrito la cantidad de agujeros que he encontrado en las historias que he leído por un exceso de inventiva. Ahora que también hay autores que han aprovechado el tirón de esta cualidad al servicio de sus lectores en forma de libro, anécdotas, reflexiones y vivencias; haciendo de ello una narración entretenida que arranca sonrisas, risas y carcajadas.

En este caso me encuentro con el trabajo de la autora Mina L. Ladoc titulado «Dario y desvarios de una doctora Jedi». El libro se encuentra dividido en una serie de capítulos breves dónde la autora nos va plsmasndo sus reflexiones sobre cosas muy disparejas que le han llamado la atención. Así en el primero nos encontramos sus conclusiones sobre ciertos puntos de las novelas del género de los thrillers referido a la obligación que tiene un escritor de ser primero un buen y gran lector para que en sus narraciones no encontremos anacronismos que acaben estropeando una buena trama. Pero no nos quedamos ahí, nuestra autora continúa a traves de sus capítulos, y tirando de buen humor e imaginación, con sus reflexiones sobre temas muy diversos y que darían para sentarse con ella, empezar por un café y acabar la tertulia con una copa larga. A la vez va dejando leves pinceladas sobre reglas ortográficas y recomendaciones para que nunca olvidemos que un libro puede ser un excelente compañero en nuestras horas muertas. Un detalle importante que debo aclarar es que Mina, además de ser médico de familia, es una gran correctora que en sus redes sociales se esfuerza en compartir conocimientos para todos aquellos interesados en aprender esos pequeños detalles que enriquecen nuestra lengua castellana.

https://www.instagram.com/mmladoc/?hl=es

https://www.facebook.com/mina.m.ladoc

Son reflexiones con las que todos nos podemos sentir identificados, pues hemos pasado por esos hechos que ella nos cuenta seguramente alguna que otra vez. Incluso tiene la capacidad de relatar una situación luctuosa y hacer de ello un momento para pararnos a pensar que hasta en las cosas más sencillas parece que siempre hay alguien encargado de complicarlo todo hasta lo indecible. ¿Os habeis fijado en la gran varidad de compresas o maquinillas de afeitar que hay en el mercado? Ya no nos vale la tesis doctoral, necesitamos ademas un master para tomar ciertas decisiones en la vida y que va a depender de un número determinado de gotas que nos indican la absorción o de hojas que marcan el apurado.

Además me ha gustado mucho este trabajo precisamente porque, de una manera amena y tirando de mucha imaginación, la autora va dejando caer situaciones ridículas, lo que puede servir para que otras personas se cuestionen actitudes que son perfectamente risibles y modificables precisamente por ser bochornosas. Pero no solo el libro trata de reflexiones sino que tiene esa faceta didáctica que nos va dando en forma de pautas ortográficas, que vienen muy al caso si estás interesado en mejorar en esa faceta, seas o no escritor. Nunca se sabe si tendrás que hacer una carta de presentación para un puesto de trabajo, por ejemplo, y ahí también se miden las habilidades lecto-escritoras.

Una de las recomendaciones que hace de forma insistente es que tenemos que leer y hacelo con mucha atención porque no me digais que a la hora de leer el título del libro no lo habeís hecho de corrido y verbalizado en vuestro cerebro la palabra DIARIO. Pues no…es dario y sin acento, el porqué, eso lo averiguaréis cuando leais este libro que os recomiendo porque pasaréis un buen rato gracias a la imaginación de Mina L. Ladoc.

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Reinventarse

¿Por qué reinventarme?

La cuenta atrás que hacemos en Fin de Año la solemos aderezar con una larga lista de propósitos con los que tratamos de entrar con buen pie el 1 de enero. Acompañamos todas estas buenas intenciones de muchas ilusión y grandes proyectos. Algunos se cumplen en mayor o menor medida y otros, en cambio, los olvidamos en el transcurrir de los meses. Lo divertido es cuando surgen proyectos que jamás se nos pasaron por la imaginación que se nos fueran a plantear a esta altura de la vida. Pero así me ha ocurrido ya que, desde el que me parece tan lejano 1 de enero del 2022 hasta hoy en día, mi vida ha dado un gran vuelco del que pienso sacar el máximo partido. Pasada la resaca de las fiestas, inicio una nueva etapa que me gustaría que no solo se reflejara en mi vida, sino también en hábitos, ilusiones y, sobre todo, en una nueva forma de plantearme este blog.

Todavía no tengo muy claro cuál va a ser ese planteamiento, puesto que supone un gran esfuerzo mental enfrentarse a nuevos retos y aunque el camino lo hago con el apoyo de mis amigos de siempre, y con nuevos compañeros de viaje, no por ello deja de ser complicado reinventarse. Pero como dice la canción: yo creo en las señales y en la edad del alma y sé que ahora es el momento de iniciar este camino, sabiendo además que no habrá piedras que lo entorpezcan porque cuando se tiene la dirección clara parece que crecen alas en los pies.

El ser humano es en ocasiones misterioso, incluso consigo mismo. Lo cierto es que las personas tendemos a no conocernos tanto como creemos y, a veces, nos sentimos perdidas en la vida o nos encontramos sacando poco rendimiento a esas cualidades innatas que parecían ocultas. Pienso que cuando uno ya le ha dado la vuelta al jamón, como le he dado yo hace algunos años, llega el momento de sacar el máximo partido a esas cualidades que se tienen y que en realidad son las que, en mi caso, me hacen feliz, como he podido comprobar en el último tramo del año que ya pasó.

El autoconocimiento y la reinvención son aspectos indispensables para evolucionar, para mejorar nuestra condición y vivir más allá de la mera subsistencia, vivir en plenitud y no bandeados de un lado para otro a merced de vientos que ni nos son favorables ni nos llevan al destino que en realidad merecemos. Es algo que rara vez somos capaces de hacer por nuestros propios medios, porque no contamos con las herramientas adecuadas en muchas ocasiones. En otros casos, sí las tenemos pero necesitamos que alguien nos enseñe a usarlas y nos convulsione para darnos la vuelta como un calcetín y que así salga a la luz nuestra valía.

Herramientas de la reinvención

Una de las herramientas es: una auténtica gestión del cambio. Dicho de otro modo, la capacidad de reinvención para sacar la mejor versión de uno mismo. Y eso es lo que me han pedido, la mejor versión de mí. ¿Qué me ha supuesto eso? Pues lo que he comentado en un booktag que no tardará en aparecer en mis redes, un ralentizar el proceso creativo. No tengo que demostrar nada a nadie en estos momentos de mi vida. Si creo que debo ser exigente con mi trabajo de escritora y en vez de publicar una vez al año tardo dos o tres años, pues perfecto. Una vez alguien me llegó a decir que si no publicaba en este mismo 2022 o incluso 2023 la gente se iba a olvida de mí. Ese fue uno de mis revulsivos. Lo cierto es que si publico y no lo doy todo, me estoy auto engañando. Eso sería patético y como escritora no me lo puedo permitir, porque estoy aquí para que cada día que pase me sirva para ser mejor, no una mala copia del original.

Otras herramientas, que en este caso para mí van de la mano, son las de la autoestima y la motivación. Y no hablamos del ego desmedido al hacer mención de la primera, del que tanto se nos acusa a los escritores, y que alguna vez me han escupido a la cara como una forma de ningunearme. Pero tras limpiarme la salpicadura y reflexionar fríamente, llegué a la siguiente conclusión: va a ser que no. Hablamos de autoestima, de esa apreciación positiva que tengo de mi persona. Si yo no me quiero ni me valoro no puedo esperar que los demás lo hagan por mí. Gracias a mi forma de ser siempre he sido una persona que se ha querido, aunque no siempre tanto como debiera, y que ahora tiene dos motivaciones claras para seguir reinventándose y queriéndose, una por mi propia salud mental y otra por que tengo un entorno que me valora y deja volar y que no va a permitir que me caiga, nunca más.

La reinvención es útil para tomar nuevas perspectivas que favorezcan una vida saludable y plena a todos los efectos, algo necesario para luego poder desarrollarnos adecuadamente en nuestra profesión como escritores o en cualquier otro ámbito laboral. Esto nos despoja del bloqueo mental, tan temido en los autores, y nos abre nuevos caminos a la exploración particular, facilitando el desarrollo de habilidades que hasta entonces parecían imposibles de adquirir o que incluso teníamos también bloqueadas por miedo al rechazo o a cometer errores. Cuando sabemos que errar es humano puesto que es la base del aprendizaje.

Soy consciente de que es imposible controlar todo aquello que sucede a mí alrededor e incluso el compartimento destinado a otras personas, pese a que esto tenga un efecto directo en mi estado de ánimo y bienestar. Nos las encontramos todo tipo: cenizas, estimulantes, negativas, positivas, cariñosas, dañinas, altruistas, etc. No obstante, existe la excelente posibilidad de cambiar los ojos con los que recibimos todos estos estímulos, en un apasionante proceso de reinvención, porque de todas estas personas se aprende, e incluso nos pueden servir como modelos para nuestros futuros personajes.

El mejor consejo que se puede dar en este caso es el de despojarse de las cargas del pasado y cambiar la forma de observar el presente o plantear el futuro. Todo ello para obtener una actitud más saludable, que libera de las cadenas o ataduras innecesarias y permite brillar en plenitud. Hay veces que estas cargas se caen por sí solas, pues ahí es el momento de remontar el vuelo y dejarlas atrás. Hay que aprovechar esa circunstancia para reinventarse y buscar nuevos horizontes. Por lo tanto, puede decir que este año, más que con propósitos, vengo con un esquema mental organizado. Ahora lo que me falta es rellenarlo de contenidos, y para ello cuento con amigos de mi entorno, porque esa es la parte complicada del trabajo, la de rellenar los huecos dejados por las cargas del pasado con cosas auténticas que me sirvan para vivir en plenitud sin miedos y mirando al futuro de frente y con alegría.

De momento me gustaría poner mi blog al servicio de las plumas de otros compañeros aunque es algo que quiero perfilar con tranquilidad. Me encantaría hacer de este pequeño espacio un lugar de encuentro para otras voces, otras letras, otras formas de narrar, otras formas de jugar con las palabras. Este sí es un próposito dentro de mi reinvención y aunque lo mismo se queda en proyecto, he pensado que viendo como me han ido los últimos meses intuyo que hay muchas posibilidades que de una forma u otra sea otro barco que llega a buen puerto. De momento seguiré mezclando reflexiones, noticias, novelas leídas, cosas curiosas de la narrativa y todas aquellas historia que creo que tienen hueco en este cajón de sastre. A la vez trataré de darle forma a esta idea de abrir mi blog con nuevas opciones. Y mientras termino de gestarlo, aprovecho para desearos a todos, lectores habituales y casuales, un feliz año 2023.

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Repaso de un año en unas 20 reflexiones

Esta va a ser una Navidad muy especial, porque será la primera desde hace muchos tiempo que las desarrollaré a mi gusto. En otro momento la he compartido y disfrutado de una manera y el 2022 será de otra forma, pero no por eso va a ser muy diferente porque las tradiciones las mantengo y lo mismo introduzco alguna nueva. Aunque hay que estar ojo avizor no sea que venga alguien y la joda, algo que asumo como probable, visto lo visto, porque se sabe que no podemos esperar nada de nadie. Hay mucha gente en la que el espíritu de la Navidad lo lleva solo de fachada: para mostrarlo en los negocios, con los amigos, en las redes, en resumen, cara a la galería, porque hay mucho hijo de Putin suelto por el mundo. Pero, pese a todo, mi espíritu de la Navidad siempre ha sido a pruebas de gilipollas y este año mucho más. Aún así, quiero preservarlo, por lo que esta será mi última entrada del 2022, a la espera de la próxima que creo que publicaré ya a mediados de Enero, cuando haya disfrutado de los regalos de Reyes y de mi familia.

He escogido una forma de hacer repaso a mi año 2022 basándome en la escritora: https://www.instagram.com/naezna/?hl=es y sus reflexiones.

La dinámica me la he planteado como una reflexión entre lo que ella expresa y mi sensación ante su frase escrito por mí de una forma espontánea. Espero que nadie se dé por aludido o aludida y, que a la vez, quién quiera asumir que esa frase y reflexión es hacia una persona determinada, está en plena libertad de entender que así sea, pero esto es como las novelas: cualquier coincidencia con la realidad es pura casualidad. Eran muchas más reflexiones, aunque no quiero cansar por lo que al final escogí unas 20 que han sido las que más me han llamado la atención.

Imagen de https://instagram.com/serranita66?igshid=YmMyMTA2M2Y=

Nota mental

No madures mucho que te pudres:

Es bueno mantener el espíritu jóven pero no nos podemos quedar anclados en el pasado porque eso es un sindrome que llaman de Peter Pan. He visto a personas en mi entorno que les da mucho miedo envejecer o que se aferran  a un pasado idealizado y no son capaces de enfrentarse a la vida cara a cara. Piensan  que corriendo van a huir y lo que ocurre es que al final la vida no se queda atrás, sino más bien te das de bruces con ella. Hay un cuento persa: Está noche en Samarkhanda que explica muy bien como esa huída de la muerte hace que al final acabes encontrándola dónde ella te estaba esperando.

Los amigos siempre arreglan lo que rompen otros:

O a veces te ayudan a esconder el cadaver en el alcorque. No siempre hay que empeñarse en reparar lo que se rompe. Es preferible asumir que no vale la pena pegar todo aquello que se ha roto. A no ser que sea algo que consideres muy valioso y sea útil para hacer Kintsugi.

No merece tu pena:

Solo la muerte de un hijo puede merecerla; el resto son circunstancias que se superan, no hay que hacer por ello un drama. Por lo tanto confirmo que aquello negativo que haya pasado este año en mi vida no se merece ninguna pena.

Quién se va sin ser echado, vuelve sin ser llamado:

Uf, espero que no sea así. Las personas que de forma voluntaria se han ido este año espero que no vuelvan nunca. Me daría mucha pereza.

Por si acaso hazlo cuanto antes

Llevo ya tiempo diciendo que se me acaba el tiempo y este año 2022 lo he confirmado: ha sido ir finalizando el año y ver cómo ese que era mi tiempo ya caducaba. Ahora en el 2023 empiezo con nuevos aires y marco mi paso.

Si cuando dejas de hablar te quedas solo, nunca estuviste acompañado

A veces el problema está en que te equivocas de interlocutores, pero es normal equivocarse porque somos humanos. Pero si te pasa muy a menudo tal vez el problema está en ti. Necesitas cambiar de conversación.

A veces quedarte no es una opción

Quedarse forzando una situación que tras reflexionar ya ves que no tiene salida es pérdida de tiempo, y yo no tengo tiempo ni ganas ni fuerzas para una situación a la que ya no le veo continuidad. Llevo todo el verano sentadita en la terraza con un vasito en la mano (esa es la letra de una canción que me dedicaste con cariño, de ese cariño que no caduca)

No eres tú, soy yo que ya sé lo que valgo y lo que me merezco:

Todos, absolutamente todos, tenemos derecho a querernos, a ser felices y a mimarnos y cuando llega el momento se sabe. Apoyé a todo el que lo quiso hacer y me apoyé a mí mismo porque también me quiero.

Eres lo que haces, no lo que dices que vas a hacer:

El tiempo pone a cada persona en su sitio y los hechos lo demuestran, aunque sea de una forma lenta. Por eso a cada uno de ellos por sus acciones y omisiones los conoceréis y muchos dejarán de ser amigos y otros ocuparán los huecos libres. Y lo más importante: «Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo. Hagas lo que hagas, hazlo bien.» (Abraham Lincoln) 

Si algo acaba algo empieza:

Mi amigo el  Rabino Haim Casas fue el que me dijo:

“Haz sonar las campanas que aún puedan sonar, y olvida tu ofrenda perfecta; hay una grieta -una grieta- en todas las cosas. Así es como entra la luz” (Leonard Cohen)

Las últimas veces nunca avisan

La ves venir, las intuyes, las sueñas, las sientes; incluso esperas a que no sea la última, hasta que ese día llega. Pese a que no te pilla por sorpresa te sorprende las formas cómo se desarrolla esa última vez.

Deja de luchar batallas que no son tuyas

Llega un momento que esto no es el Risk, no es un juego y las batallas que no son mías ya no las voy a luchar. Dejé de hacerlo a mitad de año o, tal vez, incluso antes. Ahora me queda mucho camino y la senda la tengo marcada.

Si el vínculo te ahoga, rompe el vínculo:

Y así fue. Hay personas que necesitan respirar, ver nuevos horizontes, cambiar de aires, necesitan otros espacios y otros tiempos y ¿quién soy yo para negar esa necesidad de tiempo y espacio? Y eso va relacionada con la siguiente frase:

Nunca persigas a quién no quiso quedarse:

De pequeña me empeñaba, y todavía de adulta, en caer bien, o incluso en retener, a quién no tiene interés en quedarse. Mejor será que corra el aire y cada persona disfrute de su espacio.

El victimismo es un deporte nacional:

La verdad es que no estoy totalmente de acuerdo. Si te haces mucho la víctima al final la gente se aparta por aburrimiento. Es como cuando dices que tienes un cancer, la gente huye porque creo que es contagioso. Pero ojo, si no te haces la víctima entonces me llaman frívola. Lo mejor en estos casos es seguir siendo como eres sin mover ni una ceja. No vale la pena ir arrastrando cadenas en las redes, solo haces de tu vida un circo.

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Para antes del 2023

No te quedes con las ganas:

No son momentos de grandes cambios, pero tampoco de replegar velas. Al contrario, es momento de mirar hacia nuevos horizontes y continuar el camino desde dónde lo dejé. Tal vez vaya más lenta pero el destino lo tengo claro.

Si sacas la basura de tu casa día a día, ¿por qué no la sacas de tu vida?:

Nos cuesta hacer limpieza de nuestros armarios, con lo que hacer limpieza de personas es mucho más complicado, pero si sigues ese refran que dice que cuchillo que no corta y amigo que no aporta, si se pierde, no importa, resulta mucho más sencillo. Solo hay que hacer una breve reflexión sobre quien te aporta y el qué y quién no aporta nada en tu vida. Yo lo hice y me voy a ahorrar mucho en felicitaciones de Navidad y soberanas chorradas para quedar bien.

Encuentra una excusa para hablarme

Sé que puede dar miedo e inseguridad, pero me gusta escuchar tus historias, nuevos proyectos, ilusiones, distintas opciones que me abren la mente a cosas que no se me habían pasado por la cabeza, me sacas de mi zona de confort y me obligas a reinventarme.

Los amigos son la familia que elegimos

Hay amigos que ya eran familia e incluso se ha sumado alguno más, que lo mismo no llega a familia pero ahora ahí está y valoro su esfuerzo. Tampoco muchos, no vale la pena hacer un gran nucleo familiar que solo se reúne en Navidad y casi siempre es para meter la pata por una cosa u otra.

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Lección de vida

No existe la falta de tiempo sino de ganas

Muchas excusas referidas a la falta de tiempo y todas las ocupaciones que tienen. También que si lo estás pasando mal, que ya llamarás tú o frases como tampoco es para tanto y que lo tuyo está a la orden del día, denota que son personas que no tienen ganas. De todas ellas me he librado yo, que no le quiero dar trabajo a Dios que está muy ocupado con cosas verdaderamente importantes.

Si te lo ha hecho una vez, prepárate para la segunda

Y para la tercer, la cuarta y la quinta; a saber. Porque como decía mi abuela, quien hace un cesto hace cientos. Pero no tengo interés en abrir una cestería, lo mío son otras cosas.

Como soy de las que siempre ven la botella medio llena, también quiero decir que aquellas personas que me apoyaron una vez, han vuelto una segunda y una tercera. No son muchas, pero es que tampoco he necesitado más. Y cada uno dentro de sus posibilidades, este año han estado ahí de nuevo: organizando una reunión sorpresa hace un par de meses, que te dan los buenos días con un comentario gracioso, que te largan la colleja en el momento preciso y te ponen las pilas, o le quitan importancia a las preocupaciones pero sin negarle la importancia que al momento le doy. Gracias a TODOS.

Esta vez no tocaba hablar ni de éxitos ni de proyectos, que también han sido muchos. Pero los éxitos se los lleva el viento y los proyectos solo es ilusión para caminar. Lo que perdura es el aprendizaje y de eso he tenido mucho. Quién me conoce sabe que me encanta aprender, por lo tanto, como resumen: 𝑯𝒂 𝒔𝒊𝒅𝒐 𝒖𝒏 𝒃𝒖𝒆𝒏 𝒂𝒏̃𝒐.

Para lo que se fueron y los que se quedaron, les deseo todo lo mejor para el 2023 y que todo aquello que hicieron que se les multiplique en el próximo año por 20. Soy así de generosa.

Imagen de Gaby Taylor: Portal de Belén realizado con libros.

mis lecturas

Sorpresas que te da la vida

La primera vez que te encuentras con una Matrioska te causa sorpresa y excitación saber que habrá cuando hayas abierto todas las muñecas, pese a que intuyes cual es el final. Pues eso me ocurre si encuentro a un nuevo autor o autora. Quiero saber y leer todo lo que haya escrito en el menor tiempo posible y disfrutarlo como otras personas disfrutan del puenting: a tumba abierta.

Como ya te he contado en otras ocasiones, soy una autora-lectora que tiene sus muchas manías como el que más y el que menos. Una de ellas es que cuando conozco a un autor o autora que llama mi atención me vuelco a investigar un poco su trayectoria y su bibliografía. Hay veces que empiezo la casa por el tejado y el primer libro que llega a mis manos es el último que ha escrito. Este caso me ha pasado con Nerea Riesco, de la que he comentado en otra entrada que adquirí su ultima novela tras haberla conocido en la feria del libro de Jerez. Me gustó la portada y la sinopsis y como mi madre es una gran lectora pues eso añadió otra excusa a mi interés para llevarme el libro dedicado para ella. Pero mi intención era conocer más a esta autora y busqué sus libros anteriores con el pálpito, confirmado después, de que iba a encontrarme con una narrativa de mi agrado. Pero incluso me sorprendió para bien en otros aspectos, de ahí que haya hecho la comparativa con las muñecas rusas en el inicio de mi entrada.

¿Qué es lo que me ha llamado la atención de esta autora?

Con la novela Los lunes en el Ritz inicié mi personal viaje entre las letras de Nerea, animada por el periodo histórico en la que se desarrolla la trama. En ella, te acerca a los convulsos años de la dictadura de Primo de Rivera y la llegada de la II República hasta el inicio de la Guerra Civil, teniendo como telón de fondo el hotel Ritz de Madrid. He llegado a imaginarme, y puedo que esté en lo cierto, a la autora paseando por los pasillo del hotel, aspirando en silencio los olores y asumiendo los sonidos de aquellas paredes, muebles y alfombras que si hablaran, y puede que a ella le hayan hablado, le habría contado al oído la historia que luego plasmó en este libro que te menciono. El amor, la venganza, las conspiraciones y los contrates, muy duros, entre el mundo de los ricos y de los pobres, es un hecho recurrente que leerás a lo largo de las páginas de los libros de esta escritora. En este nos encontraremos con Martina Romero, hija del director del hotel que vivirá entre grandes lujos pero que al salir de las puertas del hotel, sufrirá el choque con la realidad del Madrid de inicio de los años 30. Un Madrid que vivió los ecos de los felices años 20 y que ahora chocará con la cruda realidad de lo que está a punto de llegar en los años 30 y 40. Pero todo el mundo no fue afortunado ni en los 20 ni en los 30. Y con algunas de estas personas menos favorecidas Martina se cruzará y eso hará que se complique su trayectoria vital. Una de ellas será Nati, la restauradora de alfombras, que me parece un personaje crucial en la historia. Una mujer que padecerá los reveses de la vida y que, como buen efecto mariposa, acabará afectando a los protagonistas. Pero si quieres saber más, deberás leer esta novela.

Tras esa lectura no pude menos que seguir buscando para decidir cual era mi siguiente incursión y lo hice con Tempus. Aquí la autora inicia la historia con la muerte del profesor Leonard Green en su despacho de la Universidad de Cambridge. En este caso es el primer paso de una novela con un ritmo in crescendo y con ello la sorpresa del lector. Me gusta mucho cuando un autor me obliga a tener que consultar de vez en cuando datos que va plasmando en las páginas, que si bien no son imprescindibles para entender la trama, pero es algo que me incita a tirar del hilo y saber un poco más de lo que hay detrás de la historia. Descubrimos a dos personajes principales: Daniela Green, hija del profesor y Richard Chanfray. Según va avanzando la historia ves que sobre ellos planea la figura del conde de Saint Germain ​que fue un enigmático personaje, descrito como cortesano, aventurero, inventor, alquimista, pianista, violinista y compositor aficionado, conocido por ser una figura recurrente en varias historias de temática ocultista. Una noble que si bien oficialmente vivió entre 1693 y 1784 aparece y desaparece de forma recurrente a lo largo de los años, llegando la leyenda de su existencia hasta finales del siglo XX, ¿cómo y por qué? Para eso tendréis que leer la novela de Nerea.

Aunque la novela se desarrolla en la actualidad, hacemos viajes al pasado en el trasfondo de algunos de los personajes que interactúan con Daniela y su padre. Y Nerea tiene mucha habilidad para llevarnos de un periodo histórico a otro recreando muy bien los ambientes sin encontrar anacronismos ni agujeros que enturbien la trama. Y eso es lo bonito de una historia, que sea nítida y transparente a la hora de leerla y no te pierdas en absurdas subtramas que no lleven a nada o sea tan simple y lineal que todo te lo veas venir. Aquí se van abriendo como en las Matrioskas rusas.

Para mí lo mas interesante no ha estado solo en la historia en sí, que tiene unos giros y puntos que te obligan a leerla página tras página casi sin respirar, sino que se ve que la autora ha profundizado en una documentación ingente de Física. Teorías y experimentos científicos que son desarrolladas en la novela sin hacer por ello que sea pesada su lectura, tal vez todo lo contrario. Algunos de los experimentos de los que es habla es El Experimento Filadelfia, que tiene su origen en un oscuro proyecto de la marina norteamericana llamado Project Rainbow (Proyecto Arcoíris). La idea nació en la mente del doctor Franklin Reno que propuso a la marina de Estados Unidos la posibilidad de que los buques de guerra fueran invisibles a los radares. Se basó en la teoría de Albert Einstein sobre la Relatividad y su relación entre el electromagnetismo y la gravedad. De esta manera se podía conseguir que un buque, envuelto en un anillo electromagnético, fuera indetectable para los radares enemigos. O como nos lleva al CERN o Acelerador de partículas en la proximidades de la ciudad suiza de Ginebra y lo introduce de una forma totalmente creíble en la trama. COn ella vamos recorriendo Europa en el espacio y en el tiempo.

La originalidad en el caso de la autora está en introducir una temática que podría ser complicada para los profanos en la materia y, mas bien al contrario, logra que tenga sentido, no sea pesada y no rompa el ritmo el hilo de la historia. Consigue que los lectores estén pegados hasta el final. También disfruté con frases y párrafos memorables, entre los que me gustaría destacar uno:

Había vivido en Austria, Italia, Turquía, China, Rusia, Japón, la India, con cada estancia en estos enclaves intentaba llenar el hueco sordo que se atrincheraba en su pecho y amenazaba con amargar su eternidad. Pero no lo conseguía. Un buen día se cansó, decidió poner punto y final a esa búsqueda de sí mismo de la que no lograba escapar y que le hacía sentir más perdido a cada momento»

Tempus Nerea Riesco

El final impactante. E incluso creo haber visto reflejado el mito de Sísifo, algo que me gustaría hablar con la autora para confirmar si esa apreciación es cierta o mas bien es una interpretación muy personal. Te queda claro, tras su lectura, que los protagonistas tienen todo el tiempo del mundo, solo es cuestión de saberlo administrar.

Y, por supuesto, no hay dos sin tres y aquí estoy con la tercera novela, Las puertas del Paraíso, que seguramente cuando leas estas líneas ya la habré acabado. Esta vez nos vamos al siglo XV, otra época de grandes contrastes en la historia en un territorio, la península ibérica, dónde tres culturas conviven estando dos de ellas en plena decadencia pero que son las que más simpatías nos acarrean a la hora de conocer a sus personajes. Vemos personajes históricos reales que interactúan con los ficticios y que la autora los hace relacionarse de una forma congruente y creíble, exactamente igual que en sus anteriores novelas. Me encanta como se mueve dentro de zonas que no son consideradas de confort por mucho escritores, que por gusto o formación les agrade escribir novela histórica, que para mí es una de las más complicadas de plasmar. Porque aunque sean solo con personajes ficticios los autores que trabajan este género tienen que manejarse con los personajes reales que viven en ese periodo histórico y que deben aparecer aunque sea de pasada por la historia y se pueden escapar muchos flecos. Si estás en 1888 y en Londres, debes de hacer mención sobre los brutales asesinatos de Jack El Destripador, sino la novela quedaría coja, porque es un contexto que está ahí y que de una u otra forma llega a afectar a los protagonistas. Y eso también lo desarrolla muy bien Nerea.

La escritora que hoy os presente, se sale de su zona de confort y desde sus inicios no sigue esa máxima que he leído, como consejo en las redes, sobre que el autor debe de escribir de lo que conoce muy directamente, sino que su método es otro diferente y posiblemente muy parecido al mío. Muchos escritores anglos dicen: Escribe lo que conoces. Y un ejemplo de ello lo vemos en Stephen King que ha vivido toda su vida en Maine, por lo que sus historias se basan en esa zona. En cambio otros son más de los que que dicen: Conoce lo que escribes. En este caso como ejemplo tenemos a Jean Aurel que para escribir su serie Hijos de la tierra, se pasó años investigando cómo vivían los primeros humanos en la Era del Hielo; sus rituales funerarios; sus herramientas y técnicas de cacería; herbolaria; pinturas rupestres…Yo soy de este último tipo de escritores, de los que les gusta conocer lo que escribe a fondo y por lo que llevo leído de Nerea he observado que pertenece al mismo grupo. Algo que si eres de te mueves en el género histórico se da por hecho, o en todo caso. como yo hasta le momento, aunque mis personajes viven sus historias en el tiempo actual me gusta hacerlos ver mundo para que mis lectores lo disfruten y no me limito a un solo escenario para resolver mis tramas.

En esta última novela vamos a conocer la historia a través de la narración de Yago, un ciego que, siendo hijo del cocinero de los Reyes Católicos, pasará a conocer muchos de los hechos que rodearon la reconquista del reino nazarí, pero también conocerá el amor, la envidia y el odio. Y aquí también quiero destacar otro párrafo que me habla de la gran sensibilidad de la autora a la hora de plasmar los sentimientos de los personajes:

Tuvieron que pasar años para que Yago comprendiese que el perdón solo es efectivo durante un breve periodo de tiempo, si el daño causado está reciente y no ha tenido tiempo de provocar un cáustico mal, pero que cuando las peticiones de perdón llegan demasiado tarde, el estrago a ha penetrado tan hondo que se hace imposible la enmienda. La palabra perdón está envenenada y solo sirve para limpiar la conciencia de aquel que la pronuncia; el que ha de escucharla no obtiene ningún beneficio, sobre todo si ya está muerto.

Las puertas del Paraíso de Nerea Riesco

La guinda del pastel está en las estupendas descripciones que he leído en este libro. En él, la autora nos habla de las sensaciones de Yago y la habilidad que desarrolla pese a ser ciego para moverse gracias los olores, sonidos y sabores. Me gustó su forma de explicar los olores por los sabores y la dureza o calor emitido por algo que el protagonista no puede ver. Un estilo de escribir con el que me siento muy identificada y en el que me he visto reflejada. Incluso he sentido sana envidia, por que al leer sus palabras, he vivido lo que ella ha querido transmitir, algo a lo que aspiramos todos los escritores y escritoras. Además como muchas de las localizaciones del libro las conozco personalmente puedo rememorar mi paso por ellas y sumar mis sensaciones a las del protagonista.

Es una autora que os recomiendo su lectura porque, acercándose ya la época del año en la que solemos hacer balance de los libros que hemos leído y sin menospreciar otros que han pasado por mis manos puedo decir que con Nerea me he llevado una grata sorpresa. Espero leer los libros que me quedan pendientes como el de La ciudad bajo la Luna, Art Magica o el País de las mariposas. De los que hablaré en cuanto los haya leído.

Y para aquellos que les guste Harry Potter les recomiendo la última publicación de esta autora, recién salido del horno: La mitología de Harry Potter.

Te pongo el resumen que podréis encontrar ahora mismo en internet porque todavía está en mi lista de próximas lecturas.

RESUMEN:

La saga de Harry Potter está plagada de referencias universales, que J.K. Rowling ha destilado de la historia, los mitos y las leyendas, así como de obras de autores clásicos de la literatura (Shakespeare, Flaubert, Ovidio, Dickens o Tolkien), para inspirarse y dar riqueza a su obra. Seres mágicos como dragones, elfos, duendes, brujas, trolls, centauros, unicornios, Merlín, Circe … O leyendas como la piedra filosofal, el cancerbero, las mandrágoras y el ave Fénix … Sin olvidar utensilios mágicos de poder como varitas, escobas voladoras o pócimas. De esta manera, la autora de la saga ha bebido de mundos reales e imaginarios, abarcando en su recorrido desde el antiguo Egipto o Grecia, pasando por la India o Japón, hasta el templo de Salomón. Aprovechando que durante este año se celebra el 25º aniversario de la publicación del primer volumen de la saga, Mitología de Harry Potter recorre y analiza todos estos ingredientes universales que le aportan magia y credibilidad a una de las obras más exitosas de los últimos tiempos.

Si te animas, espero que disfrutes de esta autora como yo lo estoy haciendo en estos momentos.