Ya hemos pasado Halloween y parece que los fantasmas los dejamos atrás, pero si eres escritor o escritora lo normal es que los debas tener muy presentes. Hoy vamos a lidiar con los fantasmas, que nuestros personajes tienen guardados de su pasado, y que luchan por manifestarse en la trama que le vas a presentar a tus lectores.
Dando una vuelta por las redes buscando información variada choqué con la palabra backstory y como ya sabes de mi grado de curiosidad, hacia ella me lancé para saber todo sobre ese término. Para empezar, su traducción en castellano es: trasfondo. O, lo que es lo mismo, ese fondo de la historia que, junto con la ambientación, le da vidilla a una novela y hace que sea creíble en todos los aspectos. Ahora que ando de corrección ese tipo de tips (palabra ahora muy de moda en las redes) me viene como anillo al dedo y, conociéndome como me conozco, sabía que una cosa me llevaría a la otra y acabaría escribiendo mi propia entrada donde hablaría del tema, gracias a las sugerencias aportadas por todos los artículos que he leído sobre esta palabra en internet.
Como he comentado, backstory se traduce literalmente como trasfondo y, aplicado a nuestro trabajo literario, se refiere a eventos que ocurrieron antes de la trama principal y es la forma de crear personajes congruentes.
Si le pones empeño y paciencia a la creación del backstory y lo trabajas al detalle, lo que conseguirás es que toda la historia estará se cimentada con bases sólidas. Cada hecho o suceso acaecido en la narración tiene un por qué, sin importar qué tan extraña o complejo sea. Por eso, no solo se crean mundos en las novelas de fantasía. En realidad se crean mundos en todos los géneros literarios a la hora de insuflarle vida a los personajes. Porque en el fondo es eso, ser creadores desde el barro prácticamente de personas, con un pasado que influirá en los hechos que narramos a nuestros lectores. Pero no solo lo vamos a trabajar y pulir para los personajes principales, lo cierto es que es algo que se debe aplicarse a todos los actores que influyan de una forma decisiva en el desarrollo de la trama de nuestra novela.
¿En qué se apoya una backstory?
Para mí, el punto más importante es tu propio YO, así con mayúsculas. Conocerte en profundidad es uno de requisitos más importantes que necesitas aplicar si quieres que tus escritos realmente tengan poder y profundidad. Debes de asumir que la principal fuente de información para darle credibilidad a tus personajes al dar detalles de su vida presente y pasada eres tú mismo y eso no debe asustarte, es algo que lo aplican todos los escritores de éxito, aunque no es algo que suelan explicar en los talleres de formación de escritores, pero que, en mi caso, sí tengo en cuenta cuando los he impartido y que tratado de dejárselo claro a mis alumnos.
No puedes enseñarle algo interesante al mundo si ni siquiera sabes qué te interesa.
J.E.F.S Escritor
Hay veces que esto se dificulta por la falta de experiencia (llámese vida) o conocimientos del autor, pero hay opciones, que muestro más adelante de forma breve, y que pueden suplir esa carencia de complejidad si se quieres dar profundidad a los personajes.
Con la backstory debemos ayudar a los lectores a entender la forma de pensar del personaje, cuál es su filosofía de vida, qué es lo que valora, qué es lo que persigue y así entenderemos cuales son no solo las motivaciones que hacen que avance la historia sino a que es debida la respuesta que elige y por qué no opta por otras. Un personaje actúa de una forma determinada ante una situación que se le plantea (la trama de la historia) porque tiene ese trasfondo que proviene de una experiencia previa. Todos los personajes tienen pasado, pero no es un pasado simple o lineal, es un pasado que tiene que tener sus luces y sombras: miedos, satisfacciones, secretos y experiencias. Todo esto bien mezclado van a dar lugar a que, ahora, en el presente de la historia, tome uno u otro camino.
Un ejemplo para que se entienda bien lo que quiero exponer: Mencís, la protagonista de mi novela Unidos por el pasado. Lo presento como alguien desconfiado, nervioso e inseguro y, por ello, tuve que construir un backstory en el que fui dando pinceladas de su pasado en el que tuvo trato con ciertas personas que vuelven a su vida y que nunca la aceptaron. Familia que siempre la miró por encima del hombro, la vio como una extraña e hizo todo lo posible por marcar distancias con ella. Todo eso hará que Mencía, a posteriori, responda de una forma determinada ante el reto que se le plantea en la trama, porque nunca sintió ese lugar como su hogar ni a las personas de su entorno como familia o amigos.
Gracias a esto, los lectores entenderán con rapidez la actitud inestable de la protagonista, serán capaz de ver más allá de su actitud negativa para descubrir que hay una razón detrás de su forma de ser y de actuar. Es un modo muy efectivo para construir personajes que no sean planos. Pero claro, para eso tenemos que haber sufrido situaciones similares a las expuestas en el backstory, estar muy bien documentados y/o tener una empatía tan profunda que incluso cuando escribamos del tema suframos lo que ya comenté en otra entrada hace semanas, que el personaje nos duela, que nos pongamos tanto en sus zapatos que al escribir el relato de su vida sea prácticamente como escribir un diario.
¿Qué ocurre si no hacemos un buen backstory?
Pues además creariamos unos personajes planos o unidireccionales a los que se les conoce com el termino de los llamados Mary Sue o Gary Stu (este último es la denominación para el género masculino). Sin aquellos que suelen ser perfectamente buenos o maravillosamente malvados,
P sin que su trasfondo realmente lo justifique. Son de una perfección irreal, tanto que incluso, para dar algo de credibilidad y evitar ese tópico, al último James Bond (Daniel Craig) le han creado un trasfondo para que tenga algo de un humano, pese a su legión de fans que le perdonan todo (me incluyo en esa lista).

Por cierto, el término“Mary Sue” surge de una parodia de la serie Star Trek en la que una adolescente así llamada toma el control de la S.S. Enterprise, cautiva al Capitán Kirk y a su tripulación y los salva de una muerte segura con su súper inteligencia e incontables talentos. A partir de ahí, en círculos literarios underground se comenzó a denominar Mary Sue a aquellos personajes tan gloriosos que resultan inverosímiles aun en relatos de fantasía.
Hay que tener claro que debes ser muy cuidadoso con la cantidad de habilidades o defectos que le das a tu personaje de entrada. Tiene que haber un equilibrio entre todas sus cualidades y fallas porque si lo pones muy atormentado o inútil es complicado que luego actúe de una forma coherente a la hora de enfrentarse a los problemas que le vayas introduciendo en la trama. Si un personaje tiene un miedo patológico a las alturas no puede pasar de la noche a la mañana a ser un bombero, hay que mantener la construcción del arco del personaje acorde con la temática, no dejarlo solo en ese trasfondo que viene del pasado y sin plantear una evolución. Cuando el arco está bien construido es factible el que se pueda pasar de ese miedo patológico a trabajar en las alturas explicando que ha asistido a una terapia efectiva para quitarse esa acrofobia. Si os sirve de consuelo, todos hemos caído alguna vez en ese tipo de formato. Yo he caído en ese error, pero no pasa nada porque para eso existen lectores 0 y editores que nos deben dar la colleja cuando caes en esa tentación. Todos estamos para aprender, tampoco somos infalibles.
Un trasfondo nunca la podemos utilizar para saltarnos el proceso de construcción y crecimiento del personaje a lo largo de la historia que vamos a narrar. Este ensamblado no es fácil de hacer porque son elementos que de manera individual no son sencillos de construir, por eso hay que aprovechar de los backstorys para ir tejiendo la conexión. El pasado y el presente del personaje deben estar perfectamente cosidos para que no haya agujeros en la trama y que el final de la novela tenga sentido. ¿Cómo lo hacemos? Hay que crearlo de tal forma que le dé al personaje las fallas, habilidades y motivaciones necesarias para enfrentarse a dilemas relacionados con la temática de la historia desde antes casi de iniciar a desarrollar esa historia. Hay que tenerlo preparado en el esquema general de la novela.
Este es un tema que he ido tratando de forma recurrente y es que creo que si una novela desde el mismo momento en que salta la idea en nuestra cabeza, la vamos organizando de forma adecuada, nos será mucho más sencillo a la hora de hacerla realidad. No tendremos que estar en un continuo ya voy y ya vengo porque se nos queden detalles atrás que favorezcan los tan temidos agujeros en la trama y por eso este tema del trasfondo bien encarrilado con el arco del personaje desde que me enseñaron esta técnica, siempre trato de tenerlo en mente en cada paso que doy y trato de ir mejorándolo novela tras novela.
Puede que este sea un tema en el que vuelva en otro momento, pero hoy por hoy creo que para empezar es bastante información.
Muy interesante este artículo, tiene mucho «backstory».
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